Desde diciembre está en Roma el expediente interno para la separación de Julio César Grassi y ahora depende del obispo diocesano de Morón, Luis Eichorn, recomendarle al Papa Francisco los pasos a seguir, aseguró a Infobae una fuente vaticana.
Incluso se precisó que el Sumo Pontífice se reunió hace meses con el prelado para transmitirle los pasos a seguir y se espera que «esta misma noche o en los próximos días, con la menor demora posible» desde Morón se eleve un pedido de revisión del estado del cura y su apartamiento de la Iglesia, quizás «una reducción al estado laical», para que nunca más pueda volver a dar misa, algo que sigue haciendo.
Según trascendió, la confirmación de la condena al cura pedófilo significa un «alivio» para el Sumo Pontífice que, ahora, puede exhibir que la posición que viene impulsando en la Santa Sede está respaldada en su propio país.
Distintos episodios de las últimas semanas, atribuidos a «sectores conservadores que operan en la sombra y buscan deslegitimar las políticas aperturistas del Papa» provocaron confusión en la feligresía. Por el contrario, la decisión de la Corte Suprema de Justicia facilitará a los ojos del mundo una mejor comprensión de la posición de Francisco en torno a esta aberración.
El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, Francisco dijo que la Iglesia llora y se avergüenza por los abusos sexuales a menores de una minoría de sacerdotes. «La Iglesia conoce el sufrimiento» de esas victimas que sufrieron, además, «la omisión de asistencia, el encubrimiento la negación y el abuso de poder».
En su escrito, el Pontifice deploro este comportamiento y pidio perdón, asegurando que la Iglesia llora y se avergüenza por ello y exigiendo al cuerpo eclesiástico que no se repitan nunca más semejantes atrocidades. «La consigna es, clara y lealmente, tolerancia cero», sentenció.