Ya son 35 las víctimas fatales por las protestas en Bolivia

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La muerte de uno de los heridos en los disturbios que se han producido en el marco de las protestas postelectorales en Bolivia ha elevado a 35 el número de víctimas mortales, según ha informado este jueves la Defensoría del Pueblo.

Se trata de Julio Llanos Rojas, que ha muerto este jueves tras pasar varias semanas en cuidados intensivos, resultó herido el 29 de octubre por un grupo de indígenas ayllus de Potosí que se estaba manifestando en La Paz en apoyo del Gobierno de Evo Morales.

De acuerdo con el diario boliviano La Razón, un grupo de manifestantes agredió a Llanos Rojas, que quedó tendido en el suelo y recibió varios golpes en la cabeza. Desde entonces, había estado ingresado en el Hospital Obrero.

“La Defensoría del Pueblo lamenta el fallecimiento de Julio Llanos Rojas, quien sobrevivió a las dictaduras que vivió nuestro país (…), y expresa su solidaridad con su familia por tan irreparable pérdida”, ha dicho la institución en un comunicado.

El líder opositor Carlos Mesa también ha expresado en Twitter su pesar por la “trágica muerte” de Llanos Rojas, “perseguido en las dictaduras militares, luchador por la justicia y víctima de la violencia política de un Gobierno que jamás respetó los derechos humanos”.

El último informe de la Defensoría del Pueblo de Bolivia, de hace una semana, fijaba en 32 el número de víctimas mortales, pero desde entonces han fallecido un estudiante universitario que resultó herido en la planta de hidrocarburos de Senkata, en el El Alto, y otro herido por arma de fuego.

Crisis política

La crisis se desató tras las elecciones presidenciales del 20 de octubre, en las que Morales proclamó su victoria pero la oposición denunció un «fraude gigantesco». La Organización de Estados Americanos (OEA) hizo una auditoría del proceso electoral en la que halló «irregularidades».

Morales dimitió el pasado 10 de noviembre y huyó a México. Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder dejado por el antiguo mandatario y la renuncia de otros altos cargos.

Ni Morales ni sus seguidores reconocen a Áñez porque consideran que su estancia en el Palacio Quemado es fruto de un “golpe de Estado”. Ella, por su parte, ha aseverado que solo estará en el cargo el tiempo necesario para convocar nuevas elecciones.

Europa Press/Infobae

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