"Yo sabía, no soy boludo: no voy a llorar y voy a esperar que la vida me dé otra oportuidad"

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Lo que parecía ser un cuento de hadas con final feliz terminó abruptamente… y muy mal. Hoy,Jorge Rial bajó la persiana y le puso candado. Que, según sus dichos, Mariana Antoniale haya usado a una de sus hijas, Morena, marcó el quiebre final.

El motivo, o al menos el que se hizo público, fue que su ex pareja llevó a Morena a un boliche, sin su permiso, situación que lo molestó y traumó a la menor, ya que la salida fue pactada como un pesado secreto. «¿Ustedes creen que yo puedo dar el ok para que mi hija vaya a un boliche? Fueron, teóricamente, a un recital de Los Tekis…. Pero no quiero ahondar más, no quiero seguir lastimando», pronunció, molesto.

Pero la olla se destapó y no paran de salir cosas. Sumado a su dolor, por haber sido traicionada su confianza, la revista Caras publicó fotos de Antoniale besándose con otro hombre, Marcelo Saravia, situación que hirió al conductor.

«Desde el principio esta pareja fue muy atacada, se hablaban de otras relaciones, pero ahora hay fotos. No quiero hablar de las fotos. Yo sabía, no soy boludo (…) Yo también tuve un momento de debilidad en mi vida. Pero de las fotos, puntualmente, no voy a hablar», señaló, sin ánimo.

Luego, sin quererlo, terminó dando su opinión, vinculando esas imágenes con sus propias actitudes, cuando coqueteó virtualmente con Marianela Mirra.»Las actitudes de Mariana eran previas, no es que todo esto que pasó es una revancha. Cuando yo mandé esos mensajes que fue unapelotudés, no fue nada, porque no pasó de lo virtual… Pero todo tiene un contexto, a veces te sentís solo o no estás bien. Yo lo hubiese hablado. Pero no con mis hijas, ahí ya es jodido. Mis hijas están muy dolidas, más que yo. Yo soy un tipo que se toma las cosas de otra manera y mis hijas me necesitan entero».

En un momento, Rial se permitió reflexionar sobre su culpabilidad en esta situación, porque fue él quien «metió» a Loly a su familia. «A mí no me lastimó nadie, hay cosas que los grandes sabemos manejar. El problema son los chicos. Me llama la atención, porque yo sé del amor que se tenían (Mariana y sus hijas). Estoy tratando de encontrarle una respuesta (…) Yo había apostado por el amor y por un montón de cosas. No voy a llorar y voy a esperar que la vida me dé otra oportunidad. Porque yo soy buena persona y creí que era este el momento. Igual sigo creyendo que no es mala, son debilidades», concluyó ¿a la espera de unas disculpas públicas?

Ciudad.com

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