Una fiscal fue víctima de un asalto intimidatorio: «Sentí que casi soy una Nisman más»

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La fiscal federal Stella Maris Scandura, quien investiga varias causas sensibles para el poder político, denunció este sábado que fue víctima de un asalto intimidatorio en el barrio porteño de Almagro. «Casi soy una Nisman más», indicó.

«Estoy buscando un albacea testamentario para que administre mis bienes para mi madre por si me pasa algo, pero yo voy a seguir adelante», advirtió la fiscal subrogante de la fiscalía 2 ante los tribunales orales en declaraciones a radio Mitre.

Scandura tiene a su cargo la causa conocida como «mafia de los medicamentos» y un expediente por lavado de dinero proveniente de Perú. También intervino en una investigación contra el ex vicepresidente Amado Boudou y en la referida a las escuchas ilegales que involucró al presidente Mauricio Macri.

El asalto se registró el 1 de enero a la madrugada, frente a un restaurante ubicado en avenida Rivadavia y Salguero, donde había cenado con su madre y su pareja para festejar fin de año. Le robaron cuando fue a buscar su auto, que estaba estacionado frente al bar, tras llevar a su madre a la casa junto a su pareja, en el vehículo de él.

«Cuando volvimos aparecieron inesperadamente dos hombre armados, a cara descubierta, con armas de alto calibre, que descendieron de una camioneta oscura, donde esperaban otros», relató. «Fuimos encañonados, yo fui golpeada, se dirigieron directamente a mí. Me tomaron de los cabellos, innecesariamente porque yo entregué todo lo que tenía, me golpearon fuertemente en la cabeza», añadió.

Relató que entonces le quitaron las llaves del auto a su pareja, pero no revisaron nada más. «Tenía dinero en efectivo, entre 7 y 8 mil pesos en efectivo. Se llevaron todo y a él no le robaron nada, solo lo golpearon cuando quiso ayudarme. Todo estaba dirigido a mí», recordó.»A mí no me interceptan en la calle, el coche lo vieron, estuvo una hora solo en ese lugar. No era un auto más, mi auto tenía la identificación de la Cámara de Casación Penal», insistió.

Sobre los delincuentes, advirtió: «No bajaron nerviosos, la forma de tener el arma, de golpear… eran profesionales. No me mataron porque no quisieron».

La fiscal contó que en el 911 no la atendió nadie. Y que su auto todavía no apareció. «Le dije al comisario que eso es zona liberada», dijo.

«En el momento sentí la sensación de ser una Nisman más», confesó, en alusión a la muerte aún no esclarecida del fiscal Alberto Nisman. «Yo lo conocía a Alberto, trabajaba en la fiscalía al lado mío, como compañero de trabajo», expresó. Y aseguró que está dispuesta a llevar adelante su trabajo, «cueste lo que cueste».

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