Como no le gustaba su celda, un comisario narco pagó la construcción de una nueva

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El 7 de junio de 2013, el comisario Gustavo Pereyra cayó detenido por colaborar con el grupo narcocriminal Los Monos desde su puesto en la Secretaría de Delitos Complejos de Santa Fe. Allí, ante la fiscalía de Rosario, formuló una insólita propuesta: «Me construyo mi propio calabozo». Increíblemente, el pedido fue aceptado.

En primer lugar, Pereyra había sido enviado a una celda en la subcomisaría 18a a la que calificó como «inmunda». Esas malas condiciones motivaron su extraña solicitud. «Casualmente», el comisario resultó ser millonario. Pereyra atribuye esos millones al cobro de una importante herencia familiar, pero los investigadores creen que por los negocios que hizo con el narcotráfico. De una forma u otra, logró que le permitieran construir su propia celda en la Unidad de Seguridad Zona Rural, ubicada sobre la ruta 21.

El lugar en el que el apodado «Gula-Gula» se encontraba preso había sido su oficina en los tiempos en los que estuvo al frente de la unidad. Por supuesto, el espacio debió ser reformado para que estuviera en condiciones. «Instalé rejas en las puertas y en las ventanas y cerré todo. Le dije a mi mujer que llamara a un herrero y a un albañil para que se encargaran de la obra. Todo salió de mi bolsillo», contó el comisario a La Nación.

Pereyra es uno de los 14 efectivos de las fuerzas de seguridad -12 policías santafecinos, uno de la Federal y uno perteneciente a la Prefectura- que están procesados por asociación ilícita, junto con 23 miembros de la banda.

En la Justicia aseguran que este hombre no tenía contacto directo con Los Monos, y que para ello usaba como nexo al suboficial Juan Maciel, quien les proporcionaba información a los hermanos Cantero, cabecillas de la banda, y además, de acuerdo a las escuchas telefónicas, se encargaba también de recaudar dinero de actividades ilícitas para su jefe.

Pereyra estuvo preso en dos oportunidades. En junio de 2013 fue detenido y permaneció en prisión durante siete meses, hasta que fue sobreseído. Más tarde, la fiscalía apeló y se ordenó que se siguiera investigando al comisario inspector. En septiembre de 2014 estuvo por última vez tras las rejas durante 40 días. Actualmente se encuentra en libertad y adelantó que cuando vuelva a declarar explicará en detalle funcionamiento de la estructura de recaudación ilegal de la policía.

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