Alan Schlenker
está tranquilo. Dice que las dos causas de homicidio con las que carga «están armadas» y se mete en la actualidad de River avalado por sus 20 años como socio del club: «Es zona liberada», sentencia.
Al ex jefe de la barra brava en tiempos exitosos del club no le sorprenden los videos que muestran a integrantes de la actual hinchada yendo a amenzar al árbitro Sergio Pezzotta en el partido con Belgrano por la Promoción.
«Hace cuatro años que River es zona liberada. En el ataque del playón (año 2007), cuando la barra oficial emboscó a la banda de Palermo, hubo zona liberada. Incluso en los videos se ve a una camioneta Partner blanca que pertenecía al Registro de las Personas y que conducía Carlos López. Ese día, la salida hacia Udaondo fue totalmente liberada, incluso con un vehículo en el medio de la calle, cuando el día del partido está todo vallado y no puede circular nadie. No había policías, controles de ningún tipo, incluso tenían una camioneta de apoyo en plena salida de la avenida Libertador, por eso me remito a ese caso y varias veces pasó», confirma en una entrevista con el diario Perfil.
Schlenker espera por estos días los fallos en las causas que lo involucran en homicidios: el de Mario Manzi, un supuesto vendedor de drogas ocurrido en 2001 (con él también está acusado su hermano William), y el de Gonzalo Acro, el ex barra de River.
Ambos acusaciones, asegura, fueron armadas por Adrián Rosseau, quien asegura que responde al ex presidente «millonario» José María Aguilar.
«Estoy con mucha tranquilidad esperando el momento del fallo porque hemos demostrado que mi hermano y yo no tenemos nada que ver con el crimen de Acro. Esto es un simple ataque entre un grupo de pandilleros y otros», aseguró Schlenker.
El ex barra brava, hoy estudiante universitario, dice que lo único que le importa de la causa Acro es que se desmuestre su inocencia: «La verdadera causa de la muerte la determinará la Justicia. El fiscal dice que lo mataron supuestamente por accidente, pero lo que a mí me importa es que se determine que no tuve nada que ver».
En ese sentido, sin embargo, marca como principal responsable de su acusación a José María Aguilar: «En la causa de Acro mandaron a detener a 17 personas, todas opositoras al ex presidente» de quien, asegura, se abrió hace ya mucho tiempo y a esa decisión le adjudica los ataques en su contra.
«Cuando estuve preso por lo de Acro (N. de la R.: pasó dos años en la cárcel), tenía una agrupación casi formada que respalda la posición que yo había tomado en 2007, que era estar en contra de la conducción de José María Aguilar».
Y sobre el mismo personaje agregó: «Yo en 2007 dije que esta gente se manejaba con total impunidad, que vaciaron el club y que lo aniquilaron. Aguilar tiene el 80% de responsabilidad de la actual crisis del club», determinó.
Los episodios de violencia que marcaron los últiumos años de River y la barra, según Schlenker
«Mi problema siempre fue con Rosseau y con él los tenía que dirimir. Desde el 11 de febrero, el día de los quinchos, Gonzalo Acro dejó de ir a la cancha y apareció en el ataque del playón, en donde emboscaron a tiros a la banda de Palermo. Eso está filmado y hay una causa penal en la que el propio Acro estaba acusado de atacar a tiros y cuchillazos a la banda de Palermo. Y los otros imputados on Adrián Rosseau y varios integrantes de la barra oficial. Ese episodio fue justo tres meses antes de la muerte de Gonzalo Acro».
«El tema de los quinchos no tiene nada que ver con la crisis actual del club. Lo de los quinchos fue una diferencia ideológica entre Adrián Rosseau y yo, una pelea con él porque se vendió y con un grupito, que ahora se denomina la barra oficial, se vendieron por fondos en blanco y funcionaban como el brazo armado de la dirigencia en ese momento».
Por otra parte, Alan asegura estar fuera del club hace tiempo, pero conoce a la gente de adentro y apunta: «Los barras de ahora son los mismos que estaban con Aguilar».
«No sé quien maneja hoy la barra de River porque no voy a la cancha, pero por lo que tengo entendido son estos chicos de la barra oficial, los que eran empleados del club y los que cobraban entre 5 y 7 mil pesos en la época de Aguilar».
Soñaba con ser dirigente, pero no lo hará por su familia
«Siempre soñé con ser dirigente, pero tuve que cambiar de opinión porque le prometí a mi familia que me iba a desvincular del club por esta nueva causa que me tiraron (en referencia a la de Manzi). Son causas judiciales, de homicidios y muy complejas. El tema es que la gente de Rosseu demuestra que se maneja con total impunidad, que no les importa nada y que lo único que falta es que le tiren droga a mi abuelita».
Fuente: Infobae
