El fiscal Nieva Woodgate explicó que las versiones contradictorias sobre la autopsia a Candela Rodríguez surgieron entre al análisis que hizo el médico forense en el lugar del hecho y la autopsia que se desarrolló luego en la morgue.
“El primer médico que la vio en el lugar del hecho dijo que tenía la cara desfigurada, signos de estrangulamiento y aparentaba tener el cuello roto. De allí salió la idea de los golpes. Luego, en la autopsia, se determinó que el mecanismo de la muerte fue estrangulamiento manual y que no había lesiones óseas de ninguna naturaleza”, explicó.
El letrado indicó que la única lesión “de característica vital” es un pequeño raspón en la frente. Además, explicó que de acuerdo a la autopsia el cuerpo no presentaba señales de haber sido atado en vida. “Se la ató post mórtem, probablemente para dejarla en posición fetal y meterla en la bolsa” en la que se la encontró, explicó.
“El estado de nutrición de la niña hace pensar que los días previos a la muerte pudo moverse normalmente dentro del perímetro en el que estaba encerrada, que no se sabe cuál es”, explicó el fiscal, aunque explicó que “no es muy probable” que alguien que haya sido conocido de la niña y la haya tratado bien, luego la mate.
Consultado sobre los móviles del crimen, el fiscal aclaró que no se halló material genético que indicara un ataque sexual. Sin embargo fue muy cuidadoso al descartar alguna hipótesis. Es más, explicó: “En el mundo de las hipótesis, no necesariamente la falta de agresión sexual nos permite descartar la trata o algo por el estilo. Lamentablemente, una criatura en buen estado de salud e intacta vale más que una criatura maltratada”.
Nieva Woodgate rechazó las críticas de quienes dicen que los investigadores están “desorientados” y explicó que no puede dar información sobre las líneas de investigación que se están llevando a cabo para no entorpecer el caso. “No descartamos nada”, cerró.