Después de dos semanas, la Virgen del Rosario de San Nicolás se despidió de La Banda y regresó a Buenos Aires. En la noche del lunes, miles de personas colmaron el templo de Cristo Rey y con lágrimas y pañuelos en alto despidieron a la Madre de Jesús.
Mientras duró su estadía, la imagen fue visitada por fieles provenientes de distintos puntos de la provincia, quienes se acercaron para agradecerle por las bendiciones derramadas y pedirle algún favor en especial.
Niños, jóvenes, adultos y familias enteras, veneraron a María bajo la advocación del Rosario de San Nicolás. Muchas de ellos no dudaron en afirmar, «nuestra Madre es hermosa y cuando la miramos a los ojos nos invade un profundo amor y a la vez nos emocionamos hasta llorar».
Una peregrina del interior del Dpto, Banda también señaló, «las veces que la Virgen ha venido, yo la estuve acompañando, ella me brinda paz y me siento muy feliz que nos esté visitando».
El lunes por la tarde el padre Julián Cuevas acompañado por seminaristas celebró la misa de despedida y puso de relieve el rol fundamental de María en la vida de los cristianos.