Un punto oscuro palpitaba como pequeño corazón. Se desliza entre nervaduras y bords.
Con un impulso ciego, tritura y devora
; pero se oye como un suave roce entre hojas. Succionan el verde y asciende por el follaje de pinos. Un nido de oro va envolviendo su cuerpo. Ya sólo un rayo de luz se filtra allá arriba. Hace un último esfuerzo y cierra el último resquicio. Pronto atravesará el terciopelo d la seda y desplegará alas de libertad…
Una lava de fuego la inmoviliza en su cárcel de oro. Achicharrada por el agua caliente, yace la pequeña oruga en el interior del capullo.
Autor: María de las Nieves Salido de Martínez.
Voces y Sonrisas de Nostalgia