«No me he fijado plazos, sé que voy a salir en libertad», aseguró López desde la cárcel militar de Ramo Verde donde cumple condena. El dirigente político fue sentenciado por la jueza Susana Barreiros a trece años, nueve meses y siete días de prisión, por supuesta instigación a la violencia en el marco de las protestas antigubernamentales de febrero de 2014.
Consultado por el diario venezolano El Nacional sobre la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional aprobada en primera instancia por el Parlamento de mayoría opositora, López señaló: «La nueva Asamblea Nacional tiene la legitimidad de decretar la amnistía, ya que está integrada en sus dos terceras partes por diputados de la Mesa de la Unidad Democrática».
«Además, la Asamblea tiene la competencia constitucional de decretar la amnistía, le guste o no a mi carcelero», dijo el dirigente político en referencia al presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien adelantó que no promulgará la normativa que permitiría la liberación de los presos políticos y amenazó con que sea bloqueada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), como lo fueron otras leyes antes de esa.
«Mi inocencia hace insostenible mi prisión. Debería estar libre porque no he cometido ningún delito, lo han dicho los organismos de derechos humanos más prestigiosos del mundo, premios nobel, gobernantes, Parlamentos», señaló López, quien recordó que el fiscal acusador había confesado haber recibido órdenes del Ejecutivo para «fabricar acusaciones» en su contra.
Ante la grave crisis económica, política y social que atraviesa el país caribeño, López destacó la necesidad de emprender un cambio en profundidad. «La verdadera solución va más allá de tomar unas medidas particulares que les pongan paños calientes a los problemas», afirmó el dirigente político que calificó al actual gobierno de «ineficiente, corrupto y antidemocrático».
«Me preguntas cuál es la mejor vía: allí está el revocatorio, la enmienda, la renuncia o la constituyente. En mi criterio, lo más importante hoy es que toda la Unidad está de acuerdo con la política del cambio urgente. El mecanismo se definirá por consenso», remató.
López detalló una serie de medidas urgentes. Entre ellas: fortalecer las relaciones comerciales con otros países; garantizar la competencia para abatir la inflación, promover la inversión productiva y generar empleos; y acabar con la delincuencia. Además de la vertiente económica, el líder encarcelado recalcó la necesidad de implementar políticas inclusivas para «los más desposeídos».
En un plano personal, López confesó al diario El Nacional que le afectaba especialmente ver a su esposa, Lilian Tintori, y sus hijos, Leopoldo -quien dio sus primeros pasos en la cárcel- y Manuela, «atropellados por la arbitrariedad», en referencia a todas las veces en que el acceso al penal de Ramo Verde les fue negado. «Me lleno de frustración e indignación», agregó.
Leopoldo López aseguró que saldrá «más fuerte de alma, mente y cuerpo» y «sin rencores» y que seguirá luchando por las mismas causas por las que siempre ha luchado. «Estoy convencido de que ha valido la pena mi encarcelamiento, de que le quedan horas a la dictadura. Estoy convencido de que Venezuela va a superar esta situación», concluyó.
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