Dilma ya se admite fuera del poder en Brasil y promete «luchar para volver»

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Para la presidenta de Brasil la suerte está echada. Si bien recién la semana que viene se conocerá si el Senado aprueba el inicio del juicio político en su contra, algo que la separará de su cargo por 180 días, las noticias sobre el tema ya indican que el impeachment contará con la mayoría que necesita.

Y pese a que hasta ahora Dilma Rousseff intentó mostrarse confiada en que su gobierno iba a continuar, que su mandato iba a resistir y que la oposición no triunfaría en su intento «golpista», según ella misma dice, ayer la mandataria se mostró distinta.

En una entrevista realizada por la cadena británica BBC, y en un momento de descuido o con el objetivo claro de sincerar su situación, Dilma dijo: «Lo que vamos a hacer es resistir, resistir y resistir. Y, más aún, luchar para asegurar que salimos victoriosos y volver a asumir el poder«.

Con esa última frase, la presidenta de Brasil ya da por asumido que será enjuiciada y apartada del Palacio del Planalto por seis meses.

Además, Dilma afirmó que es «víctima inocente» de la actual crisis en su país y aseguró que «luchará» ante un posible juicio que lleve a su destitución del Gobierno. «Sí, creo ciertamente que soy una víctima. Y por supuesto, soy inocente. Y, al mismo tiempo, soy una víctima inocente», insistió.

El Senado brasileño tiene que decidir si comienza el juicio contra ella la semana próxima en relación con acusaciones de manipulación de cuentas del Gobierno, algo que la presidenta niega.

«Lo que nosotros en el Gobierno creemos y lo que mis seguidores creen es que el continuo proceso de ‘impeachment’ es ilegítimo e ilegal», agregó la presidenta, que considera que su posible enjuiciamiento está basado en «una mentira».

Dilma también consideró que no se hicieron «esfuerzos suficientes» para combatir la corrupción en Brasil, aunque el «nivel de eficacia» -dijo- aumentó bajo su administración.

Al mismo tiempo, admitió que recibir la antorcha olímpica para los Juegos de Rio 2016 es «un momento agridulce» dado que no hay certeza de que ella pueda asistir en agosto a esta competición deportiva debido a la crisis política.

En caso de que el juicio prospere, el vicepresidente, Michel Temer , asumirá el poder como presidente interino. Y Dilma ha acusado al vicepresidente de ser uno de los cabecillas de un intento de «golpe».

La presidenta está enemistada con Teme, que ya comenzó a articular la composición del Gobierno que debería asumir una vez que la mandataria sea notificada oficialmente del inicio del juicio.

La Nación

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