Dime cómo manejas y te diré cómo eres

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Investigadores del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata realizaron un estudio sobre los estilos de manejo y su relación con factores socio-demográficos y de personalidad. Algunos de los resultaros fueron que los hombres son más propensos a la ira y al riesgo, mientras que las mujeres son más ansiosas y distraídas.

Estudiar el comportamiento y las características de los conductores no es un tema menor, si se tiene en cuenta que es la principal causa en el 90% de los siniestros -las otras dos son el estado del vehículo y la infraestructura vial-.

Pero el desempeño de un conductor no sólo implica sus habilidades para controlar el vehículo, sino que interviene también su estilo de conducción, o sea, la forma en que habitualmente maneja. Estas son variables independientes, que puede hacer que personas que tienen un gran dominio del automóvil sean altamente peligrosas por los riesgos que toma al ir a alta velocidad, por ejemplo.

Según el estudio hecho por el psicólogo Fernando M. Poó, actual becario postdoctoral de Conicet, y miembro del grupo de investigación Métodos y Modelos de Investigación en Psicología del Tránsito, hay conductores que buscan el riesgo detrás del volante, aquellos que son agresivos u hostiles en el tránsito, los que se distraen (disociación e inatención), los que son ansiosos y sienten disgusto por la conducción, o los prudentes y cordiales. Es probable que usted se haya sentido identificado con uno o más de estos estilos.

Del estudio hecho en la ciudad de Mar del Plata, con un turismo constante y superpoblación vehicular, se observó que los estilos se asocian de distinta manera con el historial previo de choques, con el género, la edad y la personalidad de los conductores.

En términos generales, se vio que los hombres son más propensos a involucrarse en comportamientos de riesgo y a experimentar ira durante la conducción, mientras que las mujeres experimentan más a menudo sentimientos de ansiedad y disgusto por la conducción, son más propensas a distraerse y a cometer errores debido a esas distracciones. No obstante, las mujeres como grupo son más prudentes y cordiales que los hombres. En cuanto a la edad, se observó que mientras más joven era un conductor mayor era la posibilidad de que maneje de forma agresiva, y menor que lo haga de forma prudente y cordial.

Con respecto al historial previo de choques, se observaron diferencias según los estilos. Los choques con consecuencias más graves estuvieron asociados a los estilos riesgoso y agresivo. Los conductores riesgosos informaron haber participado en un mayor número de siniestros con daños materiales y lesiones durante los dos últimos años. Para el mismo período de tiempo los conductores agresivos informaron participar en choques con daños materiales.

Por otro lado, los conductores disociativos e inatentos informaron participar en choques con daños materiales menores. Por último, los conductores prudentes informaron una menor participación en siniestros viales comparados con los demás estilos.

Según las conclusiones de Poó, los rasgos de personalidad, en tanto a características individuales relativamente estables, actúan como variables disposicionales para los distintos estilos de conducción, que influirán luego en la posibilidad de participar en incidentes viales. Los resultados indican que no es adecuado considerar a los conductores como un grupo homogéneo. Por lo tanto, la prevención, la educación y la acreditación de conductores deberían partir del conocimiento de estas diferencias para evitar resultados distintos de lo esperado.

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