El sábado 8 de julio el líder opositor Leopoldo López fue trasladado del penal militar de Ramo Verde a su casa, para cumplir prisión domiciliaria. La decisión fue unilateral del gobierno de Nicolás Maduro y no existió negociación, según confirmaron desde el entorno del coordinador de Voluntad Popular. Al no existir negociación, tampoco existían limitaciones. Hoy, eso cambió.
El régimen de Nicolás Maduro impidió que los embajadores de EEUU, Chile, Brasil y Argentina lo visitaran, como habían arreglado directamente con su entorno. Según pudo saber Infobae, el chavismo les suspendió la visita y afirmó que «las condiciones de detención» habían cambiado. A partir de ahora, afirmaron, habrá que pedir autorización para visitarlo.
El régimen temió un acto público frente a las puertas de la residencia de López con los representantes de EEUU, Chile, Brasil y Argentina como protagonistas, entonces cambió las reglas de juego.
La decisión del régimen marca una doble vara para las visitas a López. Es que hace tan sólo dos días, el 12 de julio pasado, el chavismo no tuvo ningún problema con que el ex jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero -que también mantiene diálogo con Maduro y fue señalado como mediador para el traslado de López- lo visitara.
Desde que fue enviado a su casa, el líder opositor conversó telefónicamente con el presidente español, el argentino y el brasileño.
López fue condenado a casi 14 años de cárcel por los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio. Cumplió tres años y medio de esa sentencia en el penal militar de Ramo verde, donde pasó la mayor parte de su cautiverio aislado y sometido a torturas.