El homicidio preterintencional es un delito que se comete sin intención de matar, porque la acción del responsable de la muerte no es poner fin a la vida a la víctima, sino de provocarle algún daño o lesión u otro tipo de delito, es un homicidio no querido, pero producido éste tiene un desenlace fatal.
“Un ejemplo claro es el de un sujeto que porta una herramienta metálica en un bolsillo de su ropa. Al llegar a su casa y en una discusión con su hijo, le arroja esa prenda con la intención de golpearlo; sin embargo, al producirse el hecho el joven recibe un fuerte traumatismo en la cabeza que termina por causarle la muerte”, explicó el Dr. Alfredo Daniel Pérez Gallardo, vocal del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.
En este marco, el magistrado se explayó diciendo que “este tipo de homicidios, presenta ciertas características específicas, entre ellas, el dolo o intención de causar daño o herir, pero no de causar la muerte a una persona y por otro lado, el medio utilizado no debe ser razonadamente apto para matar”.
Producido el crimen, el juez solo cuenta con los actos relatados para determinar el tipo de caso del que se está hablando.
En este marco, el Dr. Pérez Gallardo, sostuvo que “el juez no puede meterse en la cabeza del acusado para evaluar lo ocurrido. De esta manera, el dolo se probará con los actos, pero no sólo estos serán tenidos en cuenta, sino todas aquellas acciones o conductas previas a crimen, lo que va a permitir observar la intención inequívoca de aquella persona que cometió el delito”.
“Sin embargo y pese a todo lo dicho -señaló-, llegado el caso este tipo de circunstancias se tornan muy difíciles de probar”.
“Lo que trata de hacerse, continuó, es determinar con fehacientica lo que quiso hacer el actor, es por ello que la imagen de este tipo de homicidio suele confundirse con otras tipos penales como el homicidio culposo o tentativa de homicidio”.
“Es por todo lo dicho, que pese a ser un atenuante, los casos de homicidio preterintencional probados, son muy escasos”, finalizó el entrevistado.