Por Miguel Coria. Especial para LA BANDA DIARIO
La historia santiagueña guarda en su regazo innumerables nombres de mujeres que transitaron el proceso histórico instalándose en la memoria del pueblo. La trasmisión oral ha sido importante en muchos de estos casos, ya que no existe testimonio documentales para afirmar y confirmar la existencia de ello.
En estas circunstancias hubo muchos historiadores y arqueólogos que investigaron, trabajo que dio sus frutos en la gran mayoría, enriqueciendo la rica historia cultural de nuestra provincia.
La mujer que hoy nos toca rescatar fue una indígena santiagueña. Su origen data de la región donde habitaba el pueblo originario Tonocotes. Y su nombre toma protagonismo en un hecho histórico americano.
La tradición religiosa nos indica que a finales del Siglo XVII llegó a este territorio santiagueño-Tonocotes- y al paraje “Llajta Mauca” una imagen en bulto de Nuestra Señora de Loreto, que provenía de la mano de los curas jesuitas desde el Alto Perú.
Cuando estos llegaron comenzó la evangelización en el paraje y sus alrededores. La imagen fue instalada en el rancho que pertenecía a una aborigen del lugar cuyo nombre fue “Lula Paya”, allí en su choza la imagen de la Virgen fue custodiada por esta nativa santiagueña y a donde los demás integrantes de la tribu y los vecinos del lugar comenzaron a venerarla y con el tiempo a llamarla Mama Nocka (Madre mía) en lengua indígena.
En el año 1730 una dama de descendencia española que habitaba en el lugar doña Catalina Bravo de Zamora mando a construir la primera capilla para la Virgen, en agradecimientos por los favores recibidos.
Pero Lula Paya siguió atendiendo a los misioneros hasta que en el año 1767, cuando se produce la expulsión de los jesuitas (ordenada por el rey Carlos III) de todo el territorio español-América todavía estaba dentro de ese territorio- la imagen de Nuestra Señora de Loreto quedó al cuidado de Lula Paya.
Todos los días esta indígena santiagueña le rezaba y prendía velas a la Virgencita, pidiéndole favores en beneficio de su pueblo.
A partir de ese momento la historia de Lula Paya, heroína loretana, comenzó a expandirse en el tiempo, y a partir de ese momento se transforma en una de las grandes mujeres que guarda la historia santiagueña.
“Quiero seguir los rastros de la india Lula Paya allá por los caminos del viejo LLajata Mauca….” (Felipe Benicio Corpos, poeta, quichuista y coplero santiagueño).