La polémica, parece, siempre se abraza al Real Madrid

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Real Madrid festeja el gol de Cristiano Ronaldo tras el penal de la polémica. (AFP)

Al partido le quedaba casi nada bajo el cielo de un Santiago Bernabéu que asistía a uno de los peores cachetazos de su vida repleta de éxitos. Llegó un centro de Toni Kroos, la bajó de cabeza Cristiano Ronaldo para Lucas Vázquez y, desde atrás, Mehdi Benatia procuró rechazar la pelota. El árbitro Michael Oliver, quien había dirigido sin traumas el partido, vio una presunta infracción al número 17 del Real Madrid y sancionó penal. El equipo de la Casa Blanca, que perdía 3-0 tras su victoria por idéntico resultado en el encuentro de ida en Turín, tenía la chance de dar el golpe final. Entonces, de la mano de la decisión polémica, nació el escándalo.

Gianluigi Buffon –arquero inmenso, de actuación estupenda en el encuentro- se fue encima del referí. Lo expulsaron. A Gigi lo siguieron sus compañeros. Giorgio Chiellini -otro símbolo de la Juventus- hizo un gesto inequívoco a Marcelo: «Ustedes pagaron». Fue un descontrol que quedará guardado para siempre en la memoria de la Champions League. «El robo del siglo», señala la portada del diario Sport, desde Barcelona. Esa misma sensación acompañaba -cuentan- a todos los jugadores, allegados y cuerpo técnico en el vestuario visitante del Bernabéu.

De algún modo o de varios, los viejos fantasmas del «Así / así / así gana el Madrid» reaparecieron en la capital española. Esa canción de los hinchas del Sporting de Gijón que, a partir de 1979, se hizo eco de una sensación generalizada y ocasionalmente corroborada por los hechos. Ante el río revuelto de la polémica, el principal beneficiario suele ser el Real Madrid. Sucedió esta vez, también.

Ya superados los tres minutos de descuento, fue Cristiano a ejecutar el penal. Ante el ingresado arquero Wojciech Szczesny -reemplazante de Gonzalo Higuaín- el portugués pateó como lo que es casi siempre y como lo que no había sido durante el resto del partido: una bestia del gol. Fuerte, arriba, implacable, inatajable. Era el gol del 1-3. El de la clasificación a las semifinales.

En Italia dicen que fue una vergüenza«Beffa atroce» (burla atroz), titula desde Turín el diario Tuttosport. De idéntico modo se expresan en las redes sociales los hinchas del gigante italiano, otro frecuente beneficiario de los errores y de las dudas de los árbitros. El tiro del final fue la polémica que recorrió el mundo como trending topic.

En Madrid tienen otra mirada. Cristiano preguntó, tras el partido: «¿No sé por qué protestan?». La portada del diario Marca, frecuentemente afín a los intereses del Real, grita: «Fue penalti». Más para el contrapunto, más para la polémica.

Ese final, al cabo, se terminó devorando un partido en el cual la Juventus se cargó al Real Madrid. Lo que parecía imposible -como en la jornada anterior en la remontada de la Roma frente al Barcelona- se tradujo en una épica que parecía destinada al pedestal de los mejores recuerdos de la Vecchia Signora. Hasta ese último instante.

Dos goles de Mario Mandzukic en el primer tiempo; otro de Blaise Matuidi en el complemento; tres brillantes atajadas de Buffon y una actitud tenaz no le alcanzaron a Juventus para que su actuación para el aplauso terminara con aplausos. No pudo ser. Ese minuto final y fatal lo terminó condenando.

Del otro lado, cerquita, para las cámaras del mundo, en cuero, pura máquina del gol, Cristiano le contaba al mundo cómo gana el Madrid…

Fuente: Clarín

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