La aparición de un desconocido en un pueblo de 7.500 habitantes no pasó desapercibida. Así fue como la policía empezó a indagar y terminó descubriendo que el hombre que estaba deambulando los últimos días detrás de una cancha de fútbol, a unos 144 kilómetros al norte de la ciudad de San Luis, era Cristian Javier Sabalich, el acusado por el doble crimen de su novia Magdali Romero y de Fátima Florencio en una zona rural de la provincia de Chaco.
Lo buscaban desde el domingo, el día que encontraron degolladas a las dos amigas. Las sospechas recayeron sobre él después de que apareciera en su casa la documentación de la moto a la cual pertenecería la llave encontrada entre la ropa de unas de las víctimas.
A pesar de que el hermano del sospechoso presentó una captura de pantalla de un pasaje de micro que probaría que Sabalich no se encontraba en Quitilipi cuando se cometieron los femicidios, la fiscal a cargo de la causa, Liliana Lupi, sostuvo que «ordenamos la detención, porque no tenemos el original de ese pasaje y pudo haber sido adulterado”.
Las chicas, de 18 y 22 años, estaban desaparecidas desde el miércoles pasado. Recién el domingo un vecino denunció olores nauseabundos y la presencia de aves al costado de un camino rural y facilitó que encontraran sus cuerpos. Las dos estaban desnudas y habían sido degolladas. Hasta el momento no se encontraron signos de que hubieran sido abusadas sexualmente.