Claudio Flores es el papá de Bastian, de 4 años. El martes a la noche, el chico cayó en un canal entubado, en Circunvalación y Conector Sur, San Juan, y Claudio no lo dudó un segundo: se tiró en el canal a buscar a su hijo.
«En ningún momento mostró debilidad ni lloró. Me hablaba como si supiera que de esa forma yo lo iba a alcanzar. Fue muy valiente. Incluso, cuando lo atendieron en el hospital se mostró entero», dijo el papá del chico, que sólo sufrió un corte en la cara.
Claudio no vio el momento en que Bastian cayó al canal. «Estábamos comiendo un pancho en la esquina, y el más grande quería ir al baño. Lo acompañé y en un momento el más chico desapareció. La mamá lo vio y me dijo que había caído. Me largué de inmediato», contó.
Adentro del canal, Claudio solo escuchaba el correr del agua y los gritos de su hijo. «Papi ayudame, llamá a la policía», decía el chico.
«Cuando me metí me dejé llevar por el agua, que corría fuertísimo», dijo Claudio. «Me acordaba que me enseñaron a inflar los pulmones para flotar y eso hacía, no quería tocar el suelo con el cuerpo e iba derechito -acostado- para no frenarme y llegar a mi bebé. Yo le decía que me esperara que iba a ayudarlo y que no dejara de hablarme. Al principio lo escuchaba lejos, pero luego cada vez su voz se acercaba más y más. Hasta que en un momento lo toqué con el pie y como pude lo tomé con una de mis manos».
«Me puse de pie y no dejaba de abrazar a mi hijo. El agua iba tan rápido que me hacía temblar las piernas y yo trataba de mantenerme fuerte porque tenía la sensación que detrás de mí iba a venir mi señora a buscarnos. Rogaba que ella no se hubiera tirado como lo hice yo para buscarnos, porque fue horrible. Es mi hijo y aunque todos dicen que lo que hice es heroico, para mí no fue nada. Doy mi vida por él. Si no salía con él, no salía de ahí. Iba a ir hasta el fin del mundo buscándolo».
Mientras tanto, en la superficie, la madre de Bastian estaba desesperada. «Yo veía que mucha gente se acercaba y nadie se tiraba -contó- hasta que Claudio se largó. Me estuve por meter, cuando él me empujó y se metió. Lo único que hacía era pedirle a Dios que me lo dejara».