Con la consigna «La patria no se rinde», dirigentes de la oposición y actores vinculados con el kirchnerismo encabezaron una nueva protesta frente al Obelisco en repudio al acuerdo entre el Gobierno y el FMI. Se trató de una nueva manifestación, luego de la que se realizó el pasado 25 de Mayo, donde los actores Osmar Núñez y Paola Barrientosleyeron un documento en el que rechazaron «el modelo de dependencia política y económica con las grandes potencias extranjeras».
En esta ocasión, difundieron al cierre otro documento, titulado «la independencia no se negocia», leído por los actores Gerardo Romano y Carolina Papaleo. «Tenemos que hacer valer nuestro derecho a no perder lo conquistado, a decir que no nos interesa volver a las viejas y ya conocidas recetas de hambre y exclusión que nos impuso el Fondo Monetario Internacional en la década del ’90», se cuestionó en el texto, redactado por las organizaciones sociales que también convocaron, como Movimiento Evita, Libres del Sur y Unidad Popular, entre otros.
A través de las redes, Cristina Banegas, Kevin Mansilla, Luisa Kuliok, Barrientos, Adriana Varela, Núñez, Lola Berthet, Carolina Papaleo, Alejandra Darín, entre otros actores, además de los periodistas Víctor Hugo Moyano y Miguel Ángel «Tití» Fernández y la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, participaron de la convocatoria en donde pedían ir «todos a la 9 de Julio a gritar ‘no al Fondo Monetario Internacional’, la patria no se rinde».
El humorista Juan Acosta, que ya había manifestado sus críticas por la movilización del 25 de Mayo, afirmó en las últimas horas: «El 9 de Julio es una fecha patria. ‘La patria no se rinde’, para mí, es ‘en la patria hay que rendir cuentas’. 12 años de choreo tienen que ser rendidos y tiene que haber justicia. Yo el 9 de Julio festejo el día patrio, no voy a la 9 de Julio a poner cara de que la patria no se rinde».
«Dos años de Gobierno de Cambiemos no han podido doblegarnos, pero han deteriorado profundamente las condiciones de vida de amplios sectores. Favoreciendo a quienes siempre ganan, a veces más, a veces menos, pero sus números nunca están en rojo. Esos sectores económicos sin bandera, sin patria, sin amor por nada más que el dinero, son los que se van al exterior cuando la cosa se pone fea, somos siempre nosotras y nosotros los que nos quedamos trabajando para volver a poner de pie a nuestra Patria», se planteó en el texto que se leyó al finalizar el acto.
De la convocatoria participaron dirigentes políticos y sociales opositores. Entre otros, estuvieron los diputados Máximo Kirchner, Agustín Rossi, Mayra Mendoza, Axel Kicillof y Felipe Solá. También se acercaron al Obelisco Horacio González, Estela de Carlotto, Martín Sabbatella, Fernando Gray, Luis D’ Elía, Alberto Samid, Cristina Álvarez Rodríguez, Pablo y Facundo Moyano y Daniel Filmus.
«Estamos viviendo la misma crisis, la misma receta decadente, la misma desigualdad que vivíamos cuando a finales del siglo XX el país llegó a un momento de hartazgo, de desconcierto, donde la penura social, el hambre y los despidos formaban parte de las noticias diarias», sostuvo el sindicalista Hugo Yasky.
Kicillof, diputado nacional por el Frente para la Victoria, expresó su sorpresa «ante una multitud de gente, una cantidad impresionante. Vine caminando desde lejos, viendo muchísimas personas, en el Día de la Independencia, que vinieron a manifestar que este pueblo todavía tiene independencia. El FMI es lo contrario a eso. El presidente Macri cede soberanía. La verdad que muy penoso. Deberían escuchar porque hay muchas medidas para tomar, que no se tratan de pensar siempre en los mercados. Ni en los sectores medios, ni en los jubilados en los que menos tienen, en los laburantes. No pueden explicar nada de lo que hacen: por eso hablan en difícil, los problemas de comunicación, no les sirve las falsas noticias o confundir todo el tiempo».
«Lo que pasa es muy claro: a la gente no le alcanza, tiene miedo y para los únicos que gobiernan es para los mercados o grupos concentrados. Para la gente común, lo que hay son boletas de luz, expensas o telegramas de despidos. El Gobierno no perdió nada en 2001. Para todos los demás está la memoria viva», agregó el ex ministro de Economía.
Uno de los referentes sindicales que tomó la palabra para manifestarse en contra del FMI fue Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria, quien aseguró que «el acuerdo con el FMI son todas políticas y medidas de ajuste que van a impactar más en el empleo, en el nivel del poder adquisitivo del salario, en derechos y particularmente en la disminución de trabajo. Cuando uno mira que se planea bajar el déficit fiscal a partir de disminuir la planilla salarial, las dotaciones del personal del Estado o de la obra pública confluye en que va a haber un proceso de mayor recesión en la Argentina».
Palazzo, quien celebró la masiva concurrencia, ratificó: «estamos en la calle conmemorando el Día de la independencia, pero también protestando y haciéndonos eco de una situación social que está perjudicando a muchos hogares en este país.Creo que la expresión de los trabajadores en la calle es una forma de protesta que valoramos y en la cual estamos presente. Hasta ahora los dineros que ingresan sólo sirven para pagar los intereses a quienes tenían LEBACS. Es para garantizarle a los capitales especulativos las rentas y ganancias que van a obtener con sus LEBACS».
Por su parte, el diputado nacional por Unión Ciudadana Leopoldo Moreau, sostuvo: «Obviamente los que estamos aquí rechazamos enfáticamente el acuerdo con el FMI. Implica mucho más ajuste, mucho más dolor para el pueblo argentino, más destrucción del aparato productivo, del consumo y además significa una renuncia a la soberanía. Se entregaron las herramientas más importantes para hacer política económica».
Daniel Catalano, referente de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), fue contundente a la hora de analizar el acuerdo con el FMI: «Nos hace daño, vamos a perder nuestra soberanía económica y estamos perdiendo la soberanía política. La medida de recortar trabajadores del Estado es parte de lo que decíamos que iba a suceder si se llegaba a un acuerdo con el FMI. El Gobierno entiende que el Estado es un gasto en sí mismo y lo que tiene que poder hacer es bajar gasto para poder generar confianza en los organismos internacionales».
Luego agregó: «Lamentablemente la variable de ajuste siempre somos los trabajadores y las trabajadoras. Por eso se despiden laburantes. Con la falsa premisa de que eso va a generar confianza y que van a venir capitales a invertir al país. Despidiendo trabajadores no generás menor gasto. El falso que nosotros seamos parte de un gasto. Sabemos que este Gobierno es autodestructivo. No nos van a responder, pero sí va a seguir haciéndolo con el FMI, ante los grupos económicos y luego seguirá mirando para el costado».