«La corrupción es un síndrome cultural»

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Qué difícil se me hace, mantenerme en este viaje, sin saber a dónde voy en realidad”, recita el comienzo de la canción “Todo a pulmón”, una composición de Alejandro Lerner que ya cumplió 35 años y es, según la Revista Rolling Stone y MTV, uno de los 100 temas más ilustres del rock nacional. “Yo arranqué a los 16 años como pianista. Pasé por grandes bandas de rock, estuve en estadios y giras. A los 21 decidí lanzar mi carrera como intérprete y empezó la fama. Llegaron de a poco los representantes, las discográficas, la plata que yo no sabía que tenía y se llevaban, los que se te acercan y te celan, en fin… me fui adentrando en el mundo de lo que es la industria. Para ese entonces yo ya no vivía con mis padres, tenía 24 cuando hice ese tema, y se dio porque soy asmático y la carrera no me fue fácil. Arranqué desde abajo, en los pubs, cantando para amigos y todos me decían ‘estás haciendo todo a pulmón’ y para mi, que tengo problemas con la respiración, el pulmón es parte de mi identidad», sostuvo el artista.

«Sigo usando mi aparato para el asma si estoy cansado o agitado. Fue así como nació este tema, me lo grabaron en España, con la Negra Sosa y se fue convirtiendo en una especie de himno, para Hispanoamérica”, relató a DiarioShow.com.

Sin embargo, además de componer y cantar sus propios temas, Lerner fue el cerebro maestro de letras para célebres artistas como Celine Dion, Luis Miguel y otras figuras. El artista puntualiza: “Recuerdo grandes experiencias. Una canción que hice para Gino Vanelli, que fue un gran logro personal; también participé en un tema con Carlos Santana. Eso me llevó por Estados Unidos, América Central, me dio premios. Y el tercer recuerdo que tengo es cuando compuse para la película de Disney ´Chicken Little´ todos los temas en castellano”. Además de su amor por la música, Alejandro lleva una impronta particular en sus letras que tratan temáticas del mundo, la tierra, la vida y las personas. Sobre este aspecto, cuenta: “Creo en la metafísica. Tengo una visión e intuición de que tenemos una conexión mental con el universo”.

Tomando de base las creencias que rigen su vida, Lerner se animó a dar su postura sobre la política en nuestro país: “Al gobierno le deseo lo mejor. Ellos son los administradores de un barco del que forman parte mis hijos, mi gente querida y en el cual estoy metido también. Está mi trabajo y el de mi pueblo. Quiero que les vaya bien, porque eso implica que se traslada a todos. Tenemos que exorcizar nuestras diferencias y el nivel de egoísmo.

De ahí se desprenden todos los problemas que tenemos, desde la inflación y la inseguridad, hasta los conflictos económicos y la desidia. Siento que todos los gobiernos intentan solucionar problemas desde lo técnico cuando el núcleo de los conflictos nace de la falta de solución en problemas emocionales y espirituales que tiene la Argentina. La pobreza la tenemos que eliminar entre todos, el gobierno no es el único responsable. Sí creo que necesitamos una administración que nos permita generar trabajo y nos facilite crecer. Para eso votamos y si los resultados no son los que queremos, votamos de nuevo. Pero la corrupción que está saltando en la televisión es producto del egoísmo; eso es una idiosincrasia argentina, no es de un partido político, es un síndrome cultural que padece este país y dejamos hace años que se instalara. Nunca usamos nuestras fuerzas para erradicarlo”.

A la hora de pensar en su recorrido, admite: “A mí me salvó el darme cuenta de que había caminos, como el de la droga, que yo no quería seguir. Entendí que era mejor estar sano y asumir todos los roles de mi vida. Lo cierto es que a veces uno desperdicia la vida buscando una felicidad que sólo te la dan los afectos”.

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