Las ventas en maquinaria agrícola cayeron hasta un 50% en el segundo trimestre

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El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), difundió el relevamiento «Informe de la industria de maquinaria agrícola», en donde revela que la comercialización para los meses de abril, mayo y junio alcanzó los $ 7.654,9 millones, lo que representa una una disminución de 7,5% en relación con el mismo trimestre de 2017.

En tanto, la facturación del período enero-junio fue un (-2,9%) inferior a la de un año atrás ($ 14.015 M contra $ 13.603,4 M).

Así, pese a la gran promesa de la próxima campaña de trigo, el efecto de la inflación sobre los precios y la mayor devaluación desde que comenzó el gobierno de Mauricio Macri,cerró la primera mitad del año con números en rojo.

En la primera mitad de 2018, sólo los tractores presentaron un aumento de 12 puntos porcentuales en la facturación, en comparación al mismo período de tiempo pero del año pasado.

Por otro lado, las cosechadoras, implementos y sembradoras registraron una disminución de (-18,6%), (-4,4%) y (-2,4%), respectivamente, siguiendo la misma comparación. Pero, ¿qué pasó en el segundo trimestre para cerrar con signos negativos?

Cosecha en baja

De acuerdo al INDEC, en el segundo trimestre de 2018 las unidades vendidas en los cuatro grupos de maquinarias registraron disminuciones con respecto a igual período del año anterior. Los tractores, implementos y sembradoras registraron en el lapso abril-junio una baja de (-27,9%), (-23,6%) y (-20,5%), respectivamente, comparado con el año anterior.

Las más afectadas fueron las cosechadoras que presentaron un derrumbe del (-52%), al tiempo que la facturación cayó (-38,1) puntos, pasando de $ 2.349,8 M a $ 1.454,3 M. Para esta categoría, el primer semestre cerró con (-30,2%) menos de máquinas comercializadas y un total en pesos que cayó en (-18,6%).

Además, según el Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), la baja en este rubro «está relacionada con la situación de loscontratistas agrícolas, que ajustaron tarifas por debajo de la inflación debido a los menores rendimientos y mayor competencia por la pérdida de área cosechable derivados de la sequía. A ello se le sumó un aumento en los costos del gasoil y en el valor de reposición de los equipos tras la devaluación del mes de mayo».

La entidad mediterránea advierte además que en el segundo trimestre de este año se registró una baja del precio promedio por unidad de equipos de fabricación nacional del (-24,4%), pasando de USD 381.000 en 2017 a U$S 288.000 en 2018. Cabe recordar que las cosechadoras representaron una de cada cinco máquinas comercializadas en el período (19% de la torta).

A media máquina

Los fabricantes de maquinaria agrícola confían en que el clima acompañe la intención de los productores de redoblar la apuesta luego de la sequía que afectó la última campaña gruesa.

Los fabricantes de maquinaria agrícola confían en que el clima acompañe la intención de los productores de redoblar la apuesta luego de la sequía que afectó la última campaña gruesa.

Como se indicó con anterioridad, uno de los rubros que más sintió el golpe de la reciente «tormenta» económica y financiera fueron los tractores, cuya participación es la mayor entre los cuatro grupos de maquinarias con el 42,4% del total.

Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió con las cosechadoras, el organismo estadístico muestra que la contracción la sufrió el indicador que mide las unidades vendidas, al tiempo que la facturación de abril a junio tuvo una mejora del 9,1% en comparación con el mismo período de 2017, llevando lo comercializado de $ 2.976,4 M a $ 3.247 M, pese a que se vendieron casi 700 tractores menos.

En relación al primer semestre, la ecuación de menores ventas y mayor facturación se acentúa ya que las unidades bajaron del 2017 al 2018 de 4.137 a 3.443 (-16,8%), mientras que los montos comercializados subieron de $ 4.880,2 M a $ 5.467,5 M (+12%).

Por el lado de los implementos, en el segundo trimestre de 2018 tuvieron el 24,7% de participación del mercado, con una facturación que registró una leve variación del 0,4% (de $ 1.886,4 M del año pasado a $ 1.893,4 millones de este año). Las unidades vendidas, en cambio, cayeron significativamente de 2.718 a 2.077 en doce meses.

Hay que recordar que este rubro incluye tres sub-categorías: las «pulverizadoras» representaron en el segundo trimestre el 42,8%, con $ 809,7 M de facturación; los «otros implementos» participan con el 42%, con $ 794,6 M; y aquellos utilizados para «acarreo y almacenaje de granos» (tolvas), con $ 289,1 M representaron el 15,2% restante.

En tanto, en el primer semestre los montos operados se redujeron (-4,4%) de $ 3.337,6 M a $ 3.190,9 M y los implementos comercializados cayeron (-22,5%) de las 4.728 a las 3.666 unidades, entre 2017 y 2018.

Por último, las sembradoras registraron un caída en la cantidad de unidades vendidas del (-20,5%) en el segundo trimestre de 2018 en relación al mismo período del año pasado, mientras que la facturación se redujo sólo 0,5% pasando de $ 1.065,2 M en 2017 a $ 1.060,2 M durante el año en curso. La contracción comparada entre los primeros semestres de ambos años es similar, siendo de (-22,4%) en cantidades comercializadas, pero de sólo (-2,4%) en operaciones concretadas en pesos (de $ 1.403,7 M a $ 1.370,6 M).

Un pasado mejor

Desde la bolsa cordobesa  sostienen que, «si bien parte de la caída se explica por el gran desempeño que mostraron las ventas durante 2017, la sequía, el salto del tipo de cambio, tasas de interés elevadas y una mayor incertidumbre, frenaron las decisiones de adquirir maquinaria por parte de productores y contratistas agrícolas».

Los analistas de la entidad cordobesa se refieren al gran salto en las ventas que se registraron el año pasado, teniendo en cuenta el bajo piso del que se partía el año anterior. A modo de ejemplo, el primer semestre del año pasado había tenido una variación positiva del 91,4% en comparación al mismo período de 2016 con una facturación que se había casi duplicado ($ 7.322,2 M a $ 14.015 M).

Algo similar había sucedido al contrastar el segundo semestre de 2017 con el de 12 meses atrás: 93,3% de incremento en las operaciones con montos que pasaron de  $ 4.281,6 M a  $ 8.277,8 M.

El gran interrogante de los industriales es cuáles serán las reglas de juego de cara a la tan esperada campaña gruesa 2018/19 que, para muchos, será la gran revancha después de la peor sequía que sufrió la producción agrícola en los últimos 50 años.

En este línea se destaca la segunda reunión de la Mesa de Competitividad de los «fierros» que lo tuvo como «estrella invitada» al propio Presidente Macri en Córdobay de la que participaron el gobernador anfitrión, Juan Schiaretti; los ministros nacionales de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y de Producción, Dante Sica; el presidente del Banco Nación (BNA), Javier González Fraga; y el titular de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló.

De tasas y trigo

“En estos últimos dos años, al contar buenas campañas de trigo, el año se corta tanto para el productor como para el fabricante de maquinaria, y te ayuda a llegar más fácilmente, o al menos te alivia esa espera”, aseguró Cestari

“En estos últimos dos años, al contar buenas campañas de trigo, el año se corta tanto para el productor como para el fabricante de maquinaria, y te ayuda a llegar más fácilmente, o al menos te alivia esa espera”, aseguró Cestari

Como lo reflejó Infobae la semana pasada, uno de los puntos relevantes del encuentro fueron las herramientas de financiamiento con las que cuentan los fabricantes. Los funcionarios nacionales señalaron que del total de créditos que otorga el Nación, el 17% corresponden al sector agrícola; y destacaron la reducción de los tiempos en la devolución del IVA a las compras de combustible para el campo.

En tanto, el BNA presentó una línea de financiamiento en dólares para la compra de modelos de sembradoras, pulverizadoras y fertilizadoras para la campaña gruesa 2018/19. El plazo de esta línea es de 4 años, con 6 meses de gracia y una tasa del 0%. Además, destacaron que el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), mantuvo las tasas en el 23% a 5 años en las líneas para fomento del sector.

En diálogo con Infobae, el vicepresidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinarias Agrícolas (CAFMA), Néstor Cestari, recordó que: «En la Expoagro de marzo teníamos una tasa crediticia de 14,5%. Salimos de Agroactiva (la muestra que se realizó en la localidad santafesina de Armstrong a principios de junio) con cifras del orden del 24 o 25%, y ahora estamos con tasas del 30%».

«Eso no es normal, se tiene que acomodar. Quiero creer que esto es coyuntural. Ningún país puede salir adelante sin producción. Si el productor sigue apostando es porque cree que esto se va a corregir, y no sólo para un sector como el campo sino para todo un país», agregó.

Otra de las cuestiones centrales de la reunión sectorial fue el pedido de CAFMA al Gobierno para que se eleve al 60% la integración de piezas argentinas que deben tener los equipos fabricados en el país para ser considerados de producción nacional, como sucede en Brasil.

En este sentido, Cestari reconoció que los productos importados «tienen ventajas de reintegros y en la financiación por parte de los bancos. Por caso, cuando queremos ingresar en Brasil, no podemos acceder a los créditos que tienen las fábricas autóctonas. Lo que pedimos es que la industria local tenga las mismas condiciones para entrar que las que tienen las empresas extranjeras cuando ingresan a la Argentina», argumentó.

Además de las altas tasas de interés que se fijaron para hacer frente a los cimbronazos internos entre mayo y junio, la actualización del tipo de cambio sigue siendo un mal recuerdo para los industriales. «Cualquier país, cuando devalúa, queda mejor posicionado para exportar. En la Argentina, esa devaluación se licúa porque los insumos aumentan de manera automática. En lugar de beneficiarnos, (la devaluación) nos obligó a ajustar las cuentas», se lamentó Cestari.

Sin embargo, el dirigente de CAFMA se mostró confiado en el futuro inmediato y sostuvo que «uno de los problemas que afectó a los productores argentinos fue que durante muchos años no tuvimos buenas cosechas de trigo. La maquinaria agrícola tiene la particularidad de  ser estacional, por lo que los indicadores de comercialización presentan cambios bruscos. En este rubro, cuando se te pasa una temporada, tenés que esperar hasta el año siguiente».

En ese sentido, desde la Bolsa de Cereales de Córdoba vaticinaron: «Puede que a futuro las ventas (de maquinaria agrícola) se reactiven para el segmento de productores, ya que el valor en dólares de los distintos equipamientos disminuyó, siendo necesario destinar una menor cantidad de producto para poder adquirirlos. Sin embargo, para que ello se cumpla el clima no deberá erigirse como una limitante de la producción durante la campaña 2018/2019″. Las preguntas quedan flotando en la atmósfera. El tiempo dirá.

Fuente: Infobae

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