La danesa Louisa Vesterager Jespersen y la noruega Maren Ueland querían hacer cumbre en el monte Tubkal, el pico más alto de Marruecos y de toda África del Norte. Pero las encontraron muertas en su carpa el lunes, con «signos de violencia con arma blanca» en sus cuellos, anunciaron las autoridades.
El crimen ocurrió en una «región montañosa aislada» a 10 km de Imlil, un pueblo pequeño del Alto Atlas. Según un comunicado del ministerio del Interior, la policía marroquí ya detuvo a un sospechoso.
El Buró central de investigación judicial (BCIJ, un órgano de élite que interviene en casos de narcotráfico internacional, terrorismo y crímenes de alto riesgo) anunció que el sospechoso procede de la ciudad de Marrakech, a unos 60 kilómetros de Imlil, lugar del suceso, y añadió que otros sospechosos ya fueron identificados y están siendo buscados.
Aunque algunas versiones indicaban que fueron decapitadas, la madre de Louisa , Helle Jespersen, indicó al medio danés B.T. que a su hija «la degollaron».
Según la agencia de noticias EFE, las cámaras de vigilancia de un albergue en la zona detectaron a tres personas que bajaban supuestamente del lugar del crimen el lunes a las tres de la madrugada, y esas imágenes fueron determinantes para capturar al primer sospechoso.
Además, en carpa de las víctimas encontraron el documento de identidad de uno de los agresores.
Fotos de lagos, montañas, playas y deportes como el esqui y el barranquismo abundan en la cuenta de Louisa, mientras que a Maren le encantaba el senderismo y los paseos por el bosque o la playa con su perro.
Las chicas se conocieron en la universidad y decidieron pasar juntas las vacaciones y festejar Navidad en Marruecos. En homenaje a las estudiantes, su facultad mantuvo las banderas a media asta.
En diálogo con BT, Jespersen describió a su hija como una chica «siempre feliz y positiva» y «llena de vida» y afirmó que le habían desaconsejado viajar a Marruecos, país que consideraba «caótico».
La madre de Ueland, Irene, afirmó que las chicas «habían tomado todas las medidas de precaución posibles para su viaje». El último mensaje que recibió de su hija fue el 9 de diciembre, cuando llegaron a Marruecos. Le decía que estaba «todo bien» y que le avisaba que no iban a tener mucha señal de celular en los próximos días.
Las autoridades suspendieron los viajes hacia la zona del Atlas mientras se realizan las investigaciones. La práctica del montañismo es en general muy segura en Marruecos y sucesos como el del Tubkal son inéditos en el país.
En la región, es precisamente el montañismo el único sustento de muchas familias: el ascenso al Tubkal y las montañas cercanas es el medio de vida de alberguistas, guías, dueños de mulas y porteadores, además de pequeños comerciantes.
El turismo es un sector clave de la economía marroquí, que representa 10% de la riqueza del país y constituye su segunda fuente de empleo después de la agricultura. Después de varios años de estancamiento en el sector, Marruecos registró un número récord de turistas en 2017 con 11,35 millones de visitantes, superando así por primera vez la barrera de los 11 millones.