La investigación por el ARA San Juan recobra impulso y tendrá avances en la Justicia y el Congreso

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De la mano de la feria judicial de enero y del receso legislativo, no fueron pocas las voces que se alzaron alertando sobre la paralización de las investigaciones en torno a la desaparición del submarino ARA San Juan, ocurrida en noviembre de 2017.

Sin embargo, y al margen de la ansiedad propia de las familias de los 44 marinos fallecidos para desentrañar lo más rápido posible las causas del siniestro, la jueza federal Martha Yañez (quien en este momento tiene a su cargo también el Juzgado Federal de Comodoro Rivadavia) retomó luego de una corta licencia la investigación. Desde Caleta Olivia señalan que «se avanzó concretamente en la visualización de imágenes y en relación al apoyo informático que permitirá acceder a la totalidad del contenido. Se está permanentemente relevando nueva información como la obtenida en el secuestro de elementos de las taquillas de la base naval de Mar del Plata, también y junto con la Dirección de Bienestar de la Armada y la de asistencia a la víctima se trabajó para que los efectos personales de los tripulantes sean entregados a sus respectivas familias».

Infobae pudo saber que desde el Servicio de Hidrografía Naval tienen todo dispuesto para poner a disposición de la justicia los equipos informáticos necesarios para el procesamiento de las 67.000 imágenes aportadas por Ocean Infinity y que una nueva ronda de testimoniales está en carpeta de la magistrada. Asimismo, en el juzgado confían en que los familiares que tengan datos que aportar ofrezcan su testimonio.

Mientras tanto, desde el Ministerio de Defensa aseguran que en muy corto plazo habrá novedades relativas al sumario militar que lleva adelante el Estado Mayor Conjunto de las FFAA en torno a las eventuales responsabilidades que pudieran corresponder a la cadena de mandos naval involucrada en las operaciones del submarino.

En este sentido, las fuentes consultadas por este medio dejaron en claro que «todo lo relacionado con ejercicios de adiestramiento de la flota de mar y de la fuerza de submarinos entran dentro de las competencias del oficial que detenta el cargo de Comandante de Adiestramiento y alistamiento de la Armada, no necesitando ningún permiso especial de las autoridades del Ministerio de Defensa para llevarlas adelante, siempre dentro de las previsiones generales oportunamente aprobadas para la fuerza».

Las investigaciones preliminares permiten afirmar que en los últimos años y en las tres FFAA se ha venido siguiendo el mismo criterio para todas las ejercitaciones de distintas unidades o componentes militares. No obstante, excepto el Presidente de la Nación, todos los estamentos políticos del área de defensa están sujetos a investigación.

Por el lado del Poder Legislativo, la Comisión Bicameral que investiga el hundimiento de la embarcación retomará su actividad el próximo 19 de febrero, al margen de la labor parlamentaria general que sigue en receso. Dentro de la agenda prevista, los legisladores aguardan con especial interés el testimonio del Capitán de Fragata Eduardo Cella Irigoyen, quien fuera comandante del San Juan con anterioridad al fallecido Capitán Pedro Fernández. La idea es que el marino detalle el estado del submarino cuando estuvo bajo su mando y el listado de tareas pendientes de ejecución para llevar su operatividad al estándar de diseño. Según voceros de la propia bicameral, a mediados de año se estaría en condiciones de emitir un dictamen con las conclusiones acerca de las responsabilidades políticas en el siniestro. La Comisión no tiene facultades para imponer penas o sanciones penales o administrativas.

Peritos navales, en tanto, trabajan en la recopilación de información técnica sobre el funcionamiento de los sistemas de generación y almacenamiento eléctrico y de sensores de gases, con la intención de abrir el camino a la obtención de datos que puedan contribuir a determinar posibles fallas que atentaron contra la integridad de la nave. Si bien desde la bicameral algunos legisladores dejaron en claro que en modo alguno aceptaran la posibilidad de considerar un error humano en la operación de la nave, el informe final de la junta de submarinistas dejó abierta esa posibilidad como así también la de la falta de ejercitación por razones presupuestarias.

Por el momento, la eventual recuperación del San Juan está totalmente descartada no sólo por razones presupuestarias, sino porque las posibilidades técnicas de traerlo a la superficie en una pieza son virtualmente imposibles. En tal sentido, algunos especialistas hicieron comparaciones entre la ubicación del San Juan y los recientes sucesos en el Canal de la Mancha, donde la recuperación de una aeronave de no más de 12 metros de largo y tan sólo 65 metros de profundidad fue descartada por las autoridades locales.

El futuro de la fuerza de submarinos

Luego de la desaparición del ARA San Juan, Argentina quedó sin unidades submarinas operativas. El ARA Santa Cruz se encuentra dentro del complejo industrial CINAR (del Ministerio de Defensa) afectado a una reparación de media vida. Pero el Gobierno estudia la conveniencia de proseguir con la misma o desecharla y eventualmente encarar la compra de una unidad nueva. En el mismo astillero se encuentra el Santa Fe, primera unidad que se comenzó a montar íntegramente en el país, pero que fue paralizada durante el gobierno de Carlos Menem en virtud de un acuerdo impuesto por Estados Unidos que también afectó el desarrollo del misil Cóndor, un emprendimiento de la Fuerza Aérea Argentina.

El submarino ARA Salta, entretanto, se encuentra amarrado en la base naval de Mar del Plata, siendo utilizado solo para entrenamiento en muelle y las prácticas en alta mar que requieren los aspirantes a adquirir la condición de submarinistas, se realizan en la actualidad en unidades de la Armada del Perú.

Cambios en la Armada

Puertas adentro de la fuerza naval, se trabaja en busca de recomponer la estructura de la institución luego del cisma producido a partir del siniestro. En un gesto que las autoridades políticas han valorado, al menos 5 almirantes cercanos al actual jefe de la Armada, Almirante José Luis Villán, han solicitado su pase a retiro, entre ellos el propio subjefe de la fuerza Francisco Medrano, con la intención de abrir cupos para que una nueva camada de oficiales almirantes vayan ocupando las distintas direcciones de la institución y adquieran experiencia para el momento en que la marina de guerra se normalice en forma definitiva.

Finalmente, a poco más de un año de aquel 15 de noviembre de 2017, ya no quedan familiares dentro de la base naval de Mar del Plata o de los hoteles que la fuerza posee en dicha localidad, si bien continúa activo un plan de asistencia permanente a las 44 familias.

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