El cardenal francés Philippe Barbarin fue condenado ayer a seis meses de cárcel con suspensión de pena por haber guardado silencio sobre los abusos sexuales cometidos contra menores por un cura de su diócesis.
La presidenta del tribunal correccional de Lyon (este) lo declaró «culpable por no haber denunciado malos tratos» contra menores hace 25 años. El prelado, de 68 años, no estuvo presente en la sala para escuchar su veredicto. Sin embargo se lo acusa, al igual que otros otros cinco responsables eclesiásticos por callar las agresiones sexuales sufridas a 70 niños boy scouts, cometidas por el cura depredador sexual Bernard Preynat.