Alberto Fernández concentrará su campaña en tres distritos clave y compartirá un acto con el radicalismo K

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La Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba desvelan a Alberto Fernández. En la Capital se entusiasma, sin exagerar, con la posibilidad de que su delfín Matías Lammens entre a un balotaje y enfrente en un mano a mano a Horacio Rodríguez Larreta. El próximo domingo se vota en la provincia que gobierna Alfredo Cornejo, presidente del radicalismo y, aunque Anabel Fernández Sagasti perdió en la PASO frente a Rodolfo Suárez, el Frente de Todos hace esfuerzos por sumarle los votos de la elección nacional donde la oposición sí ganó cómodamente. Con ese plan en la cabeza, Fernández y varios gobernadores viajarán el martes 23 a Mendoza mientras que el jueves el candidato a presidente irá nuevamente a Córdoba, donde estuvo una semana atrás. Además de intentar cambiar el tono amarillo de los tres distritos, quiere ampliar la ventaja y ya cree posible superar el 54% de Cristina Fernández en su reelección ocho años atrás.

Después de su viaje a Bolivia y Perú, Fernández arrancará la semana en Lalín, un espacio casi más alfonsinista que Raúl Alfonsín. La consigna remonta al 83: «Ahora Alberto», se convoca desde un flyer que mandó a confeccionar el organizador, el legislador porteño Leandro Santoro, que poco a poco se fue haciendo amigo del candidato a presidente. Santoro no conoce las oficinas de México 337 pero sí el departamento de Puerto Madero, donde el domingo 11 de agosto compartió un almuerzo con los viejos amigos de Fernández después de que cada cual emitiera su voto.

Santoro es radical K. En la definición actual es un «albertista» que moderó su discurso también acorde a los tiempos que corren. En su celular no tiene su propia foto de perfil, sino que prefiere identificarse con una de Alberto Fernández abrazado a Raúl Alfonsín. En la Ciudad pivotea entre La Cámpora, Somos de Victoria Donda, el Frente Patria Grande de Juan Grabois y Fernando «Pino» Solanas, además de los históricos justicialistas. Conversa mucho con Alberto Fernández de la «ética de la solidaridad», un concepto alfonsinista que el candidato a presidente adoptó para sus discursos desde antes de las PASO. Para el lunes a las 20 organizó un acto en el mítico salón Lalín de Moreno al 1900. El lugar es sinónimo del ex presidente radical que en 1981 elegía ese centro gallego para ir a comer ya con la idea de ser candidato. Con el tiempo otros dirigentes políticos de distintos espacios eligieron el sitio para comer y para el debate político.

La lista de invitados es más larga que las personalidades confirmadas, aunque el radicalismo, que sumó la transversalidad kirchnerista -entre ellos a Sergio Palazzo de La Bancaria- garantiza lleno total adentro y afuera del salón.

Santoro invitó a Ricardo Alfonsín, el más crítico de los radicales de Cambiemos que nunca terminó de sacar los pies del oficialismo. El partido no habilitó una coalición con Roberto Lavagna y el hijo del ex presidente mantiene sus críticas, aunque solapadamente. Cuando recibió el llamado Alfonsín agradeció el convite a pesar de que «milito en otro partido» y propuso a futuro reemplazar la grieta por el diálogo político.

Entre los tildados como presentes se encuentra Víctor Heredia, artista histórico en el entorno del radicalismo. Por el ala política además de Palazzo estarán el gobernador electo de Tierra del Fuego, Gustavo Melella; el correntino Nito Artaza; la ex candidata a vicegobernadora de Río Negro y senadora nacional Magdalena Odarda; la diputada Cecilia Moreau y su padre, Leopoldo Moreau, que está más cerca de Cristina Kirchner que de Alberto Fernández. El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, no podrá asistir pero, de diálogo permanente con el candidato a presidente y con Santoro, prometió presencia de varios referentes. Desde Capital sugieriron que viajen mujeres para visibilizarlas en el acto. El Frente Cívico estará entonces representado por la intendenta de la ciudad de Santiago del Estero, la ingeniera civil Norma Fuentes. Desde Posadas prometieron viajar Joaquín y María Losada, hijos del fallecido Mario Losada que fue presidente de la Unión Cívica Radical y del Senado de la Nación.

Entre los alfonsinistas invitados, también están Federico Pollack, ex vocero del ex presidente, el economista Miguel Pesce y Guillermo Nielsen que por estos días prefiere preservarse y prometió silencio público hasta después de las elecciones.

Sobre el escenario estarán la candidata a vicejefa de gobierno, Gisela Marziotta, y Lammens, que antes del cierre de alianzas había intentado que el frente opositor incluyera a los Lavagna, a Ricardo Alfonsín y hasta a Margarita Stolbizer. El cierre lo hará Alberto Fernández, seguramente con un puñado de anécdotas que lo liguen a Alfonsín.

La semana del candidato del Frente de Todos seguirá en Mendoza, donde acompañará en el tramo final a Fernández Sagasti que enfrenta fundamentalmente a Rodolfo Suárez, actual intendente. Mientras ella busca nacionalizar la campaña, el radical obvió a Mauricio Macri de su cartelería. «Esta es una elección provincial, la gente sabe que un gobernador no maneja el precio del dólar, ni el comercio exterior ni define la inflación», se diferenció Suárez en declaraciones al programa Bien Argento en Radio Cultura. Admitió incluso que para «contener» a los desilusionados «hubiera sido bueno haber dado alguna opción a la gente así como también haber desdoblado la elección en la provincia de Buenos Aires».

La agenda roja de Alberto Fernández tiene marcado un almuerzo nada menos que con la Fundación Mediterránea en Córdoba  el jueves 26. Volverá a la provincia tras su charla reservada con Juan Schiaretti en busca de la confianza de los empresarios e industriales y del ‘círculo rojo’. La Fundación invitó en marzo a Roberto Lavagna, pero canceló hace pocos días la celebración de su aniversario institucional a la que estaban invitados Mauricio Macri y su compañero de fórmula Miguel Angel Pichetto.

Las gestiones para el viaje de Fernández las hizo Roberto Urquía, uno de los empresarios que volvió a acercarse al neokirchnerismo y que junto con su cuñado Miguel Acevedo, presidente de la UIA, ya conversa con el candidato a presidente un posible acuerdo económico y social.

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