Comenzó a jugar en el Centro de Formación de San Petersburgo y con 15 años fue elegido por el Joventut de Badalona para sumarse a su cantera, ese espacio destinado para unos pocos que terminó dominando Europa con un grupos de jóvenes sin igual. “Me invitaron a probar durante un año, les gustó lo que hacía y me ofrecieron un contrato largo. Por casi 5 años estuve en desarrollo para pasar a formar parte de la plantilla oficial”. Su debut con el primer equipo fue de la mano de Manel Comas en un Real Madrid-Joventut de la temporada 2001-02.
Al mencionar aquellos comienzos, Flis evidencia su satisfacción por haber sido parte de un proceso exitoso, tanto en lo personal como en lo colectivo, con jugadores que brillan en las máximas competencias mundiales, como la NBA o ACB. “Realmente fue muy lindo compartir cancha con Rudy Fernández, Ricky Rubio o Marcelinho Huertas, entre otros grandísimos jugadores que tenía el Joventut en ese momento, fue una época muy bonita”. En este sentido agrega que “a los 16 o 17 años, tanto Ricky como Rudy apuntaban muy alto, a esa edad ya habían debutado en ACB. Rudy por ese entonces ya había conseguido su primer contrato oficial, se veía a las claras que iban a tener una carrera muy buena, lo mismo que Marcelinho”.
También “Dima”, como lo llaman sus compañeros, recuerda que cuando asomaba en el equipo principal del Joventut tenía por delante a un argentino que dejó su marca en el baloncesto español. “Tuve oportunidad de jugar con Juan Espil, él ya era un experimentado, un gran lanzador y también con otros argentinos como Maximiliano Reale y el joven Diego Ferrero de la cantera”.
Con el elenco de Badalona, Flis se proclamó campeón de la Eurocopa FIBA en el 2006, de la Copa ULEB y la Copa del Rey de la temporada 2007-08. Tras un paso por el Obradoiro y a partir de una lesión fue cedido al Plus Pujol Lleida de la LEB Oro, en 2010 regresó al Joventut y una vez que finalizó la temporada firmó por con el Andorra hasta el 2013. Luego regresó a la Supeliga rusa para sumarse a las filas del Ural Yekaterinburg.
Dos años después volvió a la ACB española para enfilarse en el Manresa, el Ourense y el Básquet Coruña. En la temporada 2018-19 regresó a la Superliga Rusa para jugar en el Novosybirsk.
Al ser consultado por los cinco mejores jugadores con los que compartió equipo, Dimitri contesta casi de corrido. “Hay muchos, pero me quedó con Elmer Bennett, Rudy Fernández, Álex Mumbrú, Jesse Young y Andrew Betts”. Como entrenador eligió al mítico Aito García.
La Banda, su gente y la figura de Leo
Los jugadores rusos son casi una rareza para la Liga Nacional. La historia dice que Yuri Piatnisky y Alexei Poliakov jugaron en la temporada 1992-93 un solo partido en Gimnasia de Pergamino ante Sport Club de Cañada. Por aquel entonces el elenco de Horacio Beigier, Mauricio Musso y Fabián Sacchi, entre otros, ganaría sin demasiados sobresaltos 99 a 77.
Veintisiete años después, las ganas de descubrir una cultura diferente conectaron con La Banda a Dimitri Flis, un ala pívot nacido en Kaliningrado hace 35 años. “Desde pequeño me fui de casa y no he regresado. Al llegar la oferta de Olímpico no lo pensé mucho, me fijé a donde venía y realmente es como lo esperaba, La Banda es una ciudad muy tranquila, chica y su gente muy buena, lo mismo que la organización del club, realmente estoy muy a gusto. Al llegar a Buenos Aires ya me habían dicho de la amabilidad del santiagueño y realmente no se equivocaron”.
Pero además el recorrido profesional de Flis se completa en Olímpico por la figura de Leonardo Gutiérrez. “El equipo me gustó desde el primer día, los pensamientos de Leo (Gutiérrez) son muy claros, aparte al tratarse de un entrenador que ha conseguido tantas cosas como jugador en la liga y defendiendo a su país con la generación dorada te motivan permanentemente. Además lo recuerdo de su paso por España. Sin dudas que su presencia al frente del equipo tuvo que ver para que yo esté aquí”.
Luego “el ruso” dejó su impresión a cerca de la liga nacional. “Es un juego diferente al europeo, pero bueno mi experiencia me ayuda a competir, me parece que los extranjeros le suben el nivel y la hacen más fuerte”.
Finalmente les pidió a los fanáticos del Olímpico que se acerquen y acompañen al equipo. “Necesitamos de todos para crecer, entrenamos muy duro para darles lo mejor y queremos contar con el apoyo, les mando un saludo afectuoso y…Vamos Negro”.
Fuente: Dpto. de Prensa del Club Olímpico