Por Facundo Gallego. Especial para LA BANDA DIARIO
Ante la decisión de no abrir los templos cristianos para el culto diario y dominical del Señor, ofrecemos aquí un esquema de oración cotidiana, que todos los días se irá renovando hasta que podamos asistir nuevamente a la Santa Misa.
El fin de esta publicación es que tengamos un pequeño momento de oración y de encuentro con el Señor en la intimidad de nuestros hogares. El hogar es la primera iglesia a la que asistimos, él es también un templo en el que, como familia, podemos adorar y bendecir al Señor en la caridad con nuestros familiares y amigos.
Pueden repartirse los “oficios”, leyendo cada uno una de las oraciones en el orden en el que se presentan, y hacer algún canto si se animan.
Si no podemos orar con nuestros más allegados, hagámoslo solos, pero tengámoslos presentes en la oración y pidamos que Dios los proteja siempre.
1. Oración inicial
(En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.)
“Señor, al comenzar este día, te damos gracias por el amor y la gracia de sabernos hijos tuyos por el bautismo que hemos recibido. Te pedimos perdón por nuestros pecados, e imploramos tu ayuda en nuestras fragilidades y necesidades. Que María, nuestra madre, nos proteja con su amor maternal. Amén”.
2. Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (5, 17-19)
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Palabra del Señor
3. Meditación
En esta Cuaresma estamos llamados a descubrir que los mandamientos de Dios no son solamente para cumplirlos, mucho menos con miedo ni con un espíritu de esclavitud. Estos mandamientos son para descubrir y poner en práctica del amor a Dios, tanto en su Persona como en los hermanos, en los que también está presente, según lo que dice el Evangelio de San Mateo: “Lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, a mí me lo hicieron” (Mt 25,40)
4. Oración de petición
“Jesús, te damos gracias porque nos revelas que Dios es Padre y nos ama mucho. Ayúdanos también a nosotros a mostrarle nuestro amor, para que seamos fieles a Él y
podamos un día alcanzar la vida eterna. Danos la caridad para preferirte a vos antes que
el pecado, y para descubrirte presente y necesitado en los hermanos sufrientes.”
Podemos añadir algunas intenciones libres, respondiendo a cada una de ellas: “Escúchanos, Señor”.
Comunión Espiritual
Señor mío, Jesucristo, que por amor a los hombres estás presente noche y día en el Santísimo Sacramento del Altar, te amo sobre todas las cosas y deseo poder recibirte. Pero, ya que no puedo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. (Unos instantes de silencio para sentir la presencia de Cristo en nosotros). Te pido la gracia de permanecer fiel a vos en estos días de contradicciones, y que pronto
pueda volver a recibirte, con un corazón puro y reconciliado contigo y con los hermanos, en la Santa Misa. Amén.
Oración final
Te rogamos, Señor, que protejas a tu Iglesia con tu amor incomparable, y que defiendas al mundo de todos los males y adversidades. Que María, Auxilio de los Cristianos, y San Roque, protector contra las pestes, nos ayuden y nos den esperanza frente al avance del coronavirus. Protégenos y sálvanos, líbranos de todos los males y concédenos tu paz. Y que pronto podamos retornar a nuestras capillas y parroquias para recibirte en el sacramento de la misericordia y del Pan de Vida. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.