El Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) celebró este jueves la intervención de la empresa cerealera Vicentin y consideró que se trata de «un paso importante» en la «futura expropiación» de la compañía, «quebrada y vaciada por sus dueños».
«Esta intervención implica un paso importante para ir tomando más conciencia de lo estratégico que es, para todo el pueblo, decidir qué producir y cómo», destacó el MNCI en un comunicado.
En ese sentido, ponderó el hecho de que «los bienes naturales y los medios de producción estén en manos de quienes producen alimentos» y que «la tierra, los ríos y el mar tengan una función social y no sean rehenes de las multinacionales agroexportadoras».
«La Soberanía Alimentaria es la columna vertebral del Derecho a la Alimentación de la humanidad», advirtió el Movimiento Nacional Campesino Indígena.
Se trata, dijeron, de «un proyecto político, un proceso complejo que requiere el compromiso de todos los pueblos», es decir, el campesinado, los indígenas, los pescadores artesanales, el mundo académico, el de la comunicación, los trabajadores, las cooperativas, los sindicatos y el Estado, detallaron.
«Celebramos y creemos es un paso importante la intervención del Estado en la futura expropiación de la empresa agropecuaria Vicentin, quebrada y vaciada por sus dueños», manifestó el Movimiento Nacional Campesino Indígena.
Evaluó que la acción se enmarca en la tarea colectiva de todos los que «apuesten y creen en fortalecer el arraigo en los territorios, en volver a la tierra, en sembrar y multiplicar las semillas nativas, en ser guardianes de la madre tierra y de las generaciones futuras».
La organización recordó que hace décadas que reclaman una propuesta de soberanía alimentaria, al igual que la CLOC (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo) – Vía Campesina internacional y otras organizaciones populares.
Ese trabajo, sostuvo, es «en respuesta a las políticas neoliberales que los organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y corporaciones transnacionales promovían bajo la consigna de ‘seguridad alimentaria’ y a través de una supuesta ‘revolución verde'».
«La misma impuso la explotación de la tierra a través de monocultivos, agrotóxicos y organismos genéticamente modificados (OGM) en manos de transnacionales como Syngenta, Bayer-Monsanto, Dupont y otras», destacó el Movimiento Nacional Campesino Indígena.
La soberanía alimentaria, insistió la organización, «es hoy una estrategia reconocida en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)».
«Busca terminar con el hambre en el mundo y está plasmada en la Declaración de Derechos de las y los campesinos y otras personas que viven en zonas rurales, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2018», precisó el MNCI.
Fuente: telam