Gianinna y Jana Maradona, dos de las hijas del fallecido Diego Armando Maradona, declararon este viernes que mientras su padre residió en el country de la localidad bonaerense de Brandsen, previo a la operación por un hematoma en la cabeza, consumía «alcohol» y «marihuana», que los médicos sabían de esa situación, aunque en Tigre hubo «cero consumo», informaron fuentes judiciales.
El abogado Rodolfo Baqué, representante de la enfermera Dahiana Madrid, una de las imputadas en la causa, dio detalles de los testimonios que brindaron las dos hijas del «10» ante el equipo de fiscales coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, e integrado por sus dos adjuntos, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, y la fiscal de Benavídez, Laura Capra.
La primera en declarar fue Gianinna (31) que, al igual que su hermana Jana (24), llegó y se retiró de la sede judicial sin responder preguntas a la prensa.
«Tanto Jana como Gianinna declararon sobre los días previos, arrancaron el relato ante la fiscalía de cómo fue la internación pero también hablaron de cómo fue la estancia de Maradona en Brandsen, de ahí hasta los últimos días», dijo Baqué.
El abogado realizó preguntas a ambas testigos, entre ellas «si lo había visto fumar a Maradona«, por lo cual Jana manifestó que «lo vio fumar marihuana con Charly (Carlos Ibáñez) y que supuso que era marihuana por el olor».
«También se le preguntó si lo había visto alcoholizado a Maradona, dijo que si, y si (el neurocirujano Leopoldo) Luque y (la psiquiatra Agustina) Cosachov lo vieron alcoholizado, y dijo que creía que sí», añadió.
Baqué aseguró que «ambas dijeron que Cosachov le daba unas pastillas que no saben el nombre y que supuestamente eran para que rechazara el alcohol».
«Gianinna manifestó que le llamaba la atención porque no existirían alcohólicos de existir esa pastilla, y que nunca le dijeron ni pudo saber cuál era el nombre de esa pastilla que le daban», señaló sobre la declaración testimonial.
Por último, el letrado dijo que «los médicos estaban al tanto y todo el mundo en Brandsen sabía que Maradona consumía alcohol y marihuana, y que en Tigre (donde se encontraba cuando murió) hubo cero consumo de alcohol y de marihuana».
En su primera declaración del 28 de noviembre -a tres días de la muerte del «10»-, Gianinna había declarado que Luque, uno de los siete imputados que tiene la causa, era el «médico de cabecera» de su padre, que la última vez que lo visitó a su papá lo notó «muy hinchado» y que «semanas previas a su fallecimiento presentaba un deterioro tanto físico como cognitivo».
El mismo día también declaró en la fiscalía su hermana Jana, quien dijo que «Luque era el que mandaba en todo lo relacionado con la salud» de su padre y que cuando se planteó la internación domiciliaria «se dijo textualmente y varias veces que iba a ser seria, con enfermeros 24×7, con especialistas, con una ambulancia a disposición”.
En los últimos días se sumaron más imputados a la causa: el jefe de enfermeros Mariano Perroni (40), investigado como posible sospechoso de un “homicidio culposo”, y Nancy Forlini, la médica que coordinaba para la prepaga Swiss Medical la internación domiciliaria de Maradona.
Con Forlini y Perroni, ya son siete los imputados que hay en esta causa que tiene como principales sospechosos al neurocirujano Leopoldo Luque (39) y a la psiquiatra Agustina Cosachov (35).
Pero, además, se encuentran imputados el psicólogo Carlos Daniel «Charly» Díaz (29), la enfermera del turno mañana y tarde Dahiana Gisela Madrid (36), y el enfermero de la noche, Ricardo Omar Almirón (37).