Pedro Castillo, un profesor de primaria de 51 años que propone reformar la Constitución de Perú para fortalecer el papel del Estado en la economía, se convirtió en la sorpresa de la elección y su ascenso puso nerviosos a los inversionistas y las elites más acomodadas del país minero.
Keiko Fujimori, de 46 años e hija mayor del exmandatario Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad, promete mantener el modelo de libre mercado en su tercer intento por llegar a la Presidencia y convertirse en la primera mujer en gobernar Perú.
En los mercados financieros, la moneda y la bolsa han transitado por una montaña rusa en el último tramo electoral, con el sol tocando varias veces mínimos históricos.
Según dos últimas encuestas conocidas el sábado, a las que Reuters tuvo acceso, la ventaja que tenía el izquierdista en las últimas semanas fue cayendo y la aspirante de derecha pasó a liderar el balotaje con una brecha de entre 0,7% y 0,1% punto porcentual, dentro del margen de error para un empate técnico.
Las consultoras afirmaron que los indecisos y los peruanos que votan en el extranjeros (un millón, que equivale al 4% del padrón electoral) podrían ser clave para definir el balotaje en el país de 25 millones de electores y 32 millones de habitantes.
El jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) de Perú, Piero Corvetto, afirmó el sábado que el avance de las vacunas en el extranjero hace suponer un aumento de participación. «Se espera ahora el 1,5% de peso electoral».
Estados Unidos, España, Argentina y Chile concentra casi el 70% de los electores peruanos en el extranjero, donde históricamente ganaron los candidatos conservadores o de derecha.
Un resultado electoral demasiado estrecho podría ser puesto en duda tanto por Castillo como por Fujimori, según analistas, sumergiendo a Perú en más inestabilidad. Muchos recordaron que en la elección de 2016, la candidata perdió por apenas un 0,24% de los votos tras haber estado arriba en todos los sondeos una semana antes.
Fujimori tiene una acusación fiscal de «lavado de activos» por presuntos aportes irregulares durante anteriores campañas presidenciales que ella niega. Si gana el caso se detiene.
Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre, vivió una de sus peores crisis en noviembre con tres jefes de estado en una semana tras fuertes protestas que dejaron dos muertos, luego de un duro enfrentamiento entre el Congreso y el Ejecutivo.
Francisco Sagasti, el mandatario interino de Perú que espera entrega el cargo a fines de julio, instó a los dos candidatos, a través de un mensaje a la nación el viernes, a respetar el resultado en un país sacudido por la inestabilidad política.
En Tacabamba, la tierra de Castillo en el norte andino de Perú, las autoridades instalaron un escenario en la plaza principal a la espera del candidato que votará en el pueblo. Fujimori emitirá su voto en un barrio residencial de Lima.
La votación se realiza en un momento en que la pandemia del coronavirus desbordó los hospitales con escasez de suministros y equipos médicos. Además, el Gobierno revisó hace unos días la cifra de muertos por el virus a 180.764, la mayor tasa de mortalidad del mundo por total de habitantes.
Las autoridades electorales elaboraron un protocolo de seguridad entre ellos el uso obligatorio de doble mascarillas, y solicitaron a los votantes llevar su propio lapicero para marcar la boleta y evitar así contacto con otras personas.
Votar en Perú es obligatorio bajo pena de multa de hasta 25 dólares. La votación se cerrará a las 21 hora argentina y a esa hora se espera un resultado a boca de urna de la firma Ipsos Perú. La oficina electoral anunció que ofrecerá su primer resultado parcial a las 23.30 hora local.
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