Ucrania acudió a la Corte internacional de Justicia de La Haya contra Rusia, para que su jurisdicción ordene a Moscú cesar las hostilidades, informó el domingo el presidente ucraniano.
“Pedimos una decisión urgente que ordene a Rusia cesar su actividad militar, y esperamos que las audiencias empiecen la semana que viene”, escribió Volodimir Zelenski en Twitter.
“Rusia debe responder por manipular la noción de genocidio para justificar la agresión”, añadió el mandatario sobre la denuncia puesta ante el alto tribunal de la ONU con sede en La Haya, por la intervención armada lanzada el jueves.
La Corte Internacional de Justicia no tiene mandato para presentar cargos penales contra los líderes rusos que están detrás de la invasión de Ucrania, iniciada la madrugada del jueves. Pero es el máximo tribunal del mundo para resolver las reclamaciones judiciales entre estados por infracciones del derecho internacional. El tribunal es la institución judicial suprema de Naciones Unidas.
El Kremlin ha justificado su operación de “desmilitarización” de Ucrania como un intento de evitar la supuesta persecución de la minoría rusófona del país. La comunidad internacional ha condenado repetidamente la invasión como una violación flagrante del derecho internacional.
Posibles crímenes de guerra
La ONG Human Rights Watch (HRW) denunció el sábado un ataque con bombas racimo a un hospital en la localidad de Vuhledar, en la zona independentista de Donetsk, que dejó cuatro civiles muertos y otros 10 heridos, seis de ellos sanitarios.
“OJO: este ataque puede constituir evidencia concreta de un crimen de guerra por parte de Rusia. El fiscal de la Corte Penal Internacional debería abrir una investigación preliminar ya que tiene jurisdicción desde 2014 para investigar estas atrocidades”, pidió José Miguel Vivanco al citar un tuit de Juan Pappier, investigador senior de la División de las Américas de HRW.
La organización de defensa de derechos humanos dijo haber confirmado la información sobre Vuhledar a través de entrevistas telefónicas con un médico del hospital y con un representante del establecimiento, el Central City Hospital, así como fotografías de dos de los fallecidos. Afirmó además que otras instantáneas publicadas en redes sociales muestran los restos de una de las armas aparentemente utilizadas en el ataque, un misil balístico Tochka 9M79 con una ojiva de racimo 9N123.
“Este ataque cruel ha matado y herido a civiles, y dañado un hospital”, expresó en un comunicado el director de armas de HRW, Steve Goose, que llamó a las fuerzas rusas a dejar de usar munición de racimo y a “frenar los ataques ilegales con armas que matan y mutilan de manera indiscriminada”.
La organización explicó que un tratado internacional prohíbe el uso de este tipo de armas, que típicamente explotan en el aire y envían decenas o cientos de pequeñas bombas que se extienden por un espacio similar al de un campo de fútbol. A ello se une que estos pequeños proyectiles a veces quedan sin explotar, actuando luego como minas antipersona.