Los barcos cruzan el Mar Negro hacia el estrecho del Bósforo, en Turquía, y se detienen en el centro de coordinación conjunto establecido en Estambul, donde representantes de Ucrania, Rusia, la ONU y Turquía examinan la carga.
Asimismo, este centro es el encargado de examinar los navíos que entran a Ucrania para garantizar que no lleven armas o material de combate a la zona de guerra. Las partes rusa y ucraniana se comprometieron a suspender cualquier ataque contra los barcos o los puertos que participen en estas exportaciones.
Personal de Turquía y de Naciones Unidas estará en los puertos ucranianos para confirmar la seguridad en las zonas protegidas por el acuerdo. Unos 20 millones de toneladas de cereal ucraniano quedaron varados en los puertos desde la invasión rusa del 24 de febrero.
En virtud del acuerdo sellado para detener la crisis alimentaria que se avecinaba, el 22 de julio se inauguró el centro de coordinación de Estambul y el 1º de agosto partió el primer buque del puerto de Odesa cargado con 26.000 toneladas de maíz. Rusia y Ucrania son los principales proveedores de cereales del mundo, y además Moscú es un gran exportador de fertilizantes, por lo que el bloqueo de las exportaciones disparó el precio de los alimentos en todo el mundo.
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