También conocido como SAC- D, El desarrollo científico nacional contó con la ayuda de la NASA y otras agencias internacionales.
El 9 de junio de 2011 a las 11:20 hora de nuestro país, la Argentina podría lograr la puesta en órbita de su séptimo satélite espacial.
El Aquarius, también conocido como SAC -D, será lanzado este jueves desde la base de la fuerza aérea de los Estados Unidos en Vanderberg, California. Allí la NASA está ultimando los preparativos para su acoplamiento con su lanzador, un cohete Delta II.
La famosa agencia espacial norteamericana colaboró en el desarrollo del artefacto, al igual que la ASI de Italia, la CNES de Francia, que aportaron instrumental. También colaboraron las agencias espaciales de Canadá y Brasil.
Sin embargo, vale aclarar que el Aquarius fue construido totalmente por la empresa nacional INVAP, con sede en Bariloche, para la comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), la agencia espacial argentina. Además al tratarse de un desarrollo nacional conlleva beneficios al país, al poder utilizarlo sobre nuestro territorio.
Precisamente, el uso del SAC-D, según cuentan los responsables del proyecto, está volcado al estudio de la salinidaddel mar, los océanos y la humedad de los suelos. “Estos temas están más cerca de la gente de lo que se cree(…)La salinidad del mar es muy importante para tener modelos climáticos muy precisos a mediano y largo plazo”, dijo Sandra Torrusio, investigadora principal de la misión SAC-D por Argentina. Por su lado, su contraparte de la NASA, Gary Lagerloef, apuntó que “Las observaciones del Aquarius nos revelarán como la variación de la salinidad influye en las corrientes oceánicas y ayudan a moldear el clima terrestre”.
Los científicos involucrados dieron ejemplos prácticos para el Aquarius, como la posibilidad de monitorear incendios, temperatura superficial del mar, detección de embarcaciones para control de los recursos pesqueros, entre otros.
Todas estas aplicaciones tienen gran utilidad, no obstante existe algo más significativo en esta misión, pues se trata de la primera vez que se medirá la salinidad marina a escala planetaria.
Esa recepción de datos llegará a la estación espacial Teófilo Tabanera, a 30 km. de la ciudad de Córdoba.
Se trata de un gran proyecto para nuestro país, en el cual trabajaron unos 200 argentinos, entre las distintas instituciones que intervinieron.
En él, la Argentina invirtió unos 60 millones de dólares para la misión, mientras que su socio principal, Estados Unidos, puso otros 260 millones.
Y para los amantes del “hardware” que ya estaban preguntándose por sus características, el aparato pesa 1400 kilos, mide 2,7 metros de diámetro por siete de largo. Además cuenta con ocho instrumentos principales, cinco de los cuales fueron desarrollados en Argentina, a saber, un sensor infrarojo de alta tecnología, una cámara de alta sensibilidad, un radiómetro de microondas, un sistema de recolección de datos y sensores de demostración tecnológica.
Desde la NASA aportaron un elemento principal y es precisamente el radiómetro “Aquarius”, que medirá la salinidad marina con un nivel de detalle muy preciso, capaz de detectar una pizca de sal en cuatro litros de agua.
Fuente: La Voz del Interior