El dirigente social Luis D’Elía, detenido en la cárcel de Marcos Paz por la toma de la comisaría de la Boca, fue absuelto en un juicio oral en donde se lo acusó de incitación a la discriminación. Es por haber llamado “paisanos” a los hermanos Sergio y Pablo Schoklender, ex integrantes de la Fundación de Madres de Plaza de Mayo.
Un rato antes, D’Elía había insistido en denunciar una persecución política en su contra y hablar de las causas en su contra para “neutralizarlo”. La fiscalía, a cargo de Guillermo Marijuán, pidió seis meses de prisión y la querella, a cargo de la DAIA, un año. El delito de incitación a la discriminación tiene una pena máxima de tres años de prisión. Tras una hora de deliberación, el juez Sebastián Casanello decidió esta tarde que no había existido un delito en sus declaraciones.
D’Elía está preso desde febrero de 2019, para cumplir la condena a tres años y nueve meses por la toma de la comisaria 24 en La Boca en 2004. Antes había estado detenido unos meses en la causa por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, caso por el que también está procesado junto a la ex presidente Cristina Kirchner y otros.
Hace unos días, sin embargo, comenzó el juicio por discriminación en su contra. La causa se inició a raíz de los dichos de D’Elía en una entrevista radial. Allí sostuvo: “Ahora, vos mirá la lista, todos paisanos, ¿eh? (…) la lista de los muchachos estos, todos paisanos (…) Eh, y encabezados por estos dos paisanos, eh, hijos de un hombre traficante de armas vinculado a la dictadura. Digo, a mí no me extrañaría que estemos ante una fenomenal maniobra de inteligencia”.
A D’Elía lo procesó el juez Luis Rodríguez, quien entendió que hubo una acción discriminatoria de D’Elía en busca de “alentar o incitar a la persecución o el odio contra una persona –Sergio Schoklender- o grupo de personas a causa de su religión –comunidad judía”. Sin embargo, cuando le tocó declarar en instrucción, D’Elía afirmó que el término paisano lo había usado “de manera afectiva” y sin voluntad de “discriminar a nadie”.
En el juicio oral –que sustanció Casanello por ser un juicio correccional- se escuchó la grabación y desfilaron algunos testigos de la querella y la defensa. Entre ellos, funcionarios del INADI y amigos del piquetero. Sobre el final, D’Elía pidió declarar. Negó las acusaciones y vinculó el juicio con una persecución política.
Tras los alegatos, en donde se pidió entre seis meses y un año de prisión, el juez Casanello pasó a deliberar. Y hora después, en una audiencia en su despacho, resolvió que correspondía la absolución por inexistencia de delito. A la salida, D’Elia volvió a ser esposado para regresar a la carcel de Marcos Paz. Alcanzó a saludarse con familiares y amigos que habían llegado hasta el cuarto piso de Comodoro Py 2002 para acompañarlo.