La Justicia chaqueña investiga a una mujer de 36 años por el presunto abuso sexual o corrupción de menores, tipificación que todavía la fiscal del caso no resolvió, a un adolescente de 16 años, el novio de su hija de 14.
El adolescente prestó declaración testimonial ante la fiscal del caso Liliana Beatriz Irala, junto a la asesora de menores este jueves, según confiaron fuentes de la investigación al diario Norte.
El hecho se inició a abril de 2017, cuando la víctima comenzó una relación con una chica de 14 años, y conoció a su futura suegra.
De acuerdo al testimonio, la mujer inició los sometimientos y sobornos haciéndolo mirar en la plataforma Netflix, «Ninfomanía» y desbloqueó los canales de contenidos pornográficos de la televisión por cable.
Además, le compró ropa, calzado, bebidas, celular y dos veces lo llevó a Encarnación y una a Machagai, donde también hubo abusos.
El caso fue denunciado por la madre del adolescente, quien advirtió un cambio radical en su conducta, a tal punto que no quería ir a la escuela o juntarse con amigos y dejó de concurrir a la iglesia y clases de guitarra.
Tras una extensa conversación con su hijo, este se quebró y le contó lo que sucedía y de inmediato hizo la denuncia que quedó radicada en la Fiscalía de Investigaciones Número 10, a cargo de Liliana Beatriz Irala.
De acuerdo a la denuncia, al menos ocho veces la mujer abusó del adolescente, quien después de cinco meses rompió el silencio debido a los constantes acosos sufridos por redes sociales y mensajería WhatsApp.
La sospechosa, cuando se dio cuenta que la situación quiso comprar el silencio de su víctima con una suma mensual de 1.000 pesos a cambio de que su pareja no se enterara, pero el menor ya había decidido dar por terminado el vínculo y dio detalles a sus padres.
El joven también contó que cuando se veía con su novia en la casa del barrio Provincias Unidas, la mujer insultaba y hasta golpeaba a la hija, porque él no quería continuar con la relación de sometimiento, a la que vecinos le señalan otros casos similares.
La semana que viene será decisiva, se descuenta que la acusada niegue todos los cargos. Entonces, serán claves el testimonio de la víctima y, sobre todo, las pruebas que puedan reunir para corroborar la conducta de la presunta abusadora.