En una entrevista publicada hoy por el diario estatal sirio Al Watan, Al Asad se atrevió ya a hablar del período que vendrá después de la conquista de la población, la mayor del norte de Siria, aunque los combates todavía prosiguen en su interior.
Para el mandatario, la toma de Alepo no supondrá el fin del conflicto en el país, que ya está en su sexto año, que ha dejado cientos de miles de muertos, millones de desplazados y refugiados y un país devastado desde su inicio en marzo de 2011.
«Para ser realistas, no significa el fin de la guerra en Siria, sino una estación grande hacia el final», consideró Al Assad, quien reconoció que nunca pensó en dejar ninguna zona sin «liberar».
El jefe de Estado auguró que la contienda «no acabará hasta la eliminación total del terrorismo».
«Los terroristas están localizados en otras áreas, incluso si terminamos en Alepo, continuaremos la guerra contra ellos», aseguró, citado por la agencia de noticias EFE.
Al Assad descartó una nueva tregua en la urbe, porque, afirmó, beneficiaría a los rebeldes que resisten en el este de la ciudad, ya que les daría un respiro y les permitiría reagruparse.
Desde Alepo, el coordinador de las facciones rebeldes, Abdelmoneim Zeinedin, descartó en declaraciones a EFE un hipotético repliegue de los insurgentes.
«Esta es su ciudad (de los rebeldes), dijo, y agregó que los insurgentes quieren que salgan de ella los combatientes del movimiento islamista libanés Hezbollah y las fuerzas iraníes que ayudan al Ejército sirio en la ofensiva para recapturar la ciudad, cuya parte este fue tomada por los opositores en 2012.
Zeinedin arremetió contra Rusia, el principal aliado militar de Damasco, que, aseguró, no quiere una salida negociada al conflicto en Alepo.
«Rusia está golpeando con fuerza junto a Irán a los civiles y revolucionarios de Alepo, está presionando para una rendición, no quiere una solución política, sino militar», detalló Zeinedin.
Además, criticó los «contactos, conversaciones, consultas» entre Moscú y Washington, que no han tenido un impacto en la situación sobre el terreno y no han beneficiado a los rebeldes.
Zeinedin apuntó que los rusos emplean la excusa de las conversaciones para ganar tiempo, con el fin de continuar los bombardeos y el avance sobre el terreno.
El cabecilla opositor lamentó el papel desempeñado por la comunidad internacional, especialmente por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que, en su opinión, han tenido un rol «débil» y no han sido capaces de presionar a Rusia.
Recordó que los insurgentes han presentado una iniciativa para la evacuación de heridos y enfermos, pero todavía no han obtenido respuesta.
Desde el 15 de noviembre, Alepo es escenario de una ofensiva de las fuerzas gubernamentales y de sus aliados, que han tomado el 75 % de los barrios del este de la localidad, que anteriormente estaban en manos de los opositores.
Más de 300 civiles murieron desde entonces en Alepo por los combates y los bombardeos del Ejército contra la parte este y de los rebeldes contar el sector oeste, que está bajo control del gobierno, según cifras de la ONG opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.
Unas 30.000 personas, entre ellas 20.000 niños, tuvieron que dejar sus hogares en el este de Alepo por los enfrentamientos, y muchos de ellos se han refugiado en la parte oeste o en zonas bajo dominio kurdo al noreste de la ciudad.
Nuevo combates se libraron hoy varios barrios del este de Alepo, que han sido blanco de la artillería gubernamental, según el Observatorio.
Fuente: Telam