Alberto Fernández estudia postergar el debate del aborto para evitar un nuevo roce político con Francisco y la Iglesia

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Alberto Fernández conoce la historia secreta que justifica las frías relaciones entre Francisco y Mauricio Macri, y juró que no repetiría sus errores en la construcción de una relación política, institucional y diplomática con la Santa Sede. Macri se equivocó cuando planificó su primer encuentro con el Papa, mejoró en la segunda reunión y todo colapsó al habilitar la discusión parlamentaria de la ley del Aborto. Alberto Fernández pretendía evitar esa secuencia histórica en su propio mandato presidencial.

A diferencia del Presidente, Alberto Fernández tiene sintonía ideológica con el Papa y jamás se enfrentaron sobre temas seculares o eclesiásticos. Francisco y el presidente electo coinciden en la participación del Estado para reducir los índices de pobreza, marginalidad y desempleo, y habilitó a Cáritas, a los “curas villeros”y a ciertos movimientos sociales a sumarse a la batalle contra el hambre que se anunció hace unos días en Puerto Madero.

Pero la relación se enfrió entre Alberto Fernández y Francisco al anunciar que enviaría una ley del Aborto “cuanto antes” al Congreso. Exactamente, el presidente electo señaló a Página/12:

-¿Este año sale la ley de legalización del aborto?-, preguntaron los periodistas.

-Voy a intentar que salga cuanto antes. No depende solo de mí.

-¿Eso implica que el Ejecutivo puede tener una actitud como la que hubo cuando se trató la ley del Matrimonio Igualitario?

-Yo soy un activista de ponerle fin a la penalización del aborto.

-¿Pero va a haber una instrucción a los legisladores?

-Va a haber un proyecto de ley mandado por el Presidente.

-¿Cuándo?

-Tan pronto lleguemos.

El anuncio de Alberto Fernández causó reacciones en la Iglesia Argentina y en Santa Marta, y una intensa discusión política en las oficinas del presidente electo en Puerto Madero. Y los tres hechos determinaron que Alberto Fernández bajara su nivel de exposición y se dedicará únicamente a cerrar su gabinete y a definir sus primeras medidas de gobierno.

“Vamos al asunto: valoro la capacidad del presidente electo, Alberto, y espero que pueda levantar y pacificar el país. Pero me llamó la atención leer que enviará inmediatamente un proyecto de ley para avanzar en el aborto. Teniendo en cuenta lo que él dijo creo que hay que hacer dos aclaraciones: una cosa es despenalizar a la mujer que ya abortó y otra cosa es legalizar el aborto. La realidad es que casi ninguna mujer va presa por haber abortado.

Despenalizar sería simplemente blanquear esa situación. Pero otra cosa es legalizar el aborto libre, facilitar el aborto para quien quiera hacerlo por cualquier causa”, opinó el arzobispo de La Plata, Víctor Fernández, frente al anunció periodístico del presidente electo.

El arzobispo Fernández, “Tucho” en el mundo eclesiástico, es amigo del Papa y juntos escribieron algunos de los documentos de la Iglesia más importantes de los últimos años- El arzobispo es vertical y cuestionó al presidente electo en su cuenta de Facebook tras un contacto en el Vaticano.

A la opinión del arzobispo Fernández se sumó una decisión personalísima de Francisco: el presidente electo tenía pendiente un viaje relámpago a París y Roma, y se consultó la posibilidad de un cónclave en Santa Marta. El Papa había dicho que sí, y luego canceló la probable reunión cuando leyó el reportaje a Alberto Fernández que publicó Página/12.

Al inesperado cortocircuito con la Iglesia argentina y el Papa se sumó un abrupto debate en las oficinas de Puerto Madero. Los principales consejeros de Alberto Fernández, que asumirán el 10 de diciembre como ministros, secretarios de Estado o legisladores nacionales, opinaron que fue un error que adelantara su decisión de debatir la ley del aborto “cuanto antes”.

El presidente electo escuchó los argumentos de los futuros miembros de su gabinete, y estudia la posibilidad de morigerar su decisión política de enviar la ley de Aborto “tan pronto lleguemos”, en alusión al momento de su jura como Presidente de la Nación. Alberto Fernández pretende ahora concentrarse en los anuncios económicos, y después analizar cuándo remitirá su proyecto de Aborto a la Cámara de Diputados.

Si acepta los consejos de sus probables ministros, el presidente electo aguardará un tiempo prudencial hasta respaldar una iniciativa que ya enfría su relación política, institucional y diplomática con Francisco, la Santa Sede y la Iglesia Católica Argentina.

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