Con el correr de los años se volvió un referente de los medios. Aquel joven de pelos largos al viento que daba sus primeros pasos en el periodismo deportivo quedó archivado, pero no olvidado. En una entrevista con Teleshow, Alejandro Fantino recuerdas sus primeros pasos y la enseñanza que le dejaron aquellos programas. De aquel al de hoy, pasó mucha agua bajo el puente. Es un periodista todoterreno que navega distintos mares y el presente lo refleja. Mientras continúa adelante con su magazine, Fantino en América, con la política y la actualidad de por medio, desde hoy, sábado 18, Ale comenzará a darle vida a ESPN FC Especiales, todos los sábados y domingos. Un ciclo de entrevistas con personalidades destacadas del deporte. Un recorrido exquisito llevado adelante desde su impronta y manera de entrevistar.
—Adaptándote a los tiempos que corren, vas a hacer el programa desde tu casa ¿La actualidad entra más que nunca dentro del repertorio?
—Justamente la actualidad es lo que va proponiendo temas que son más actuales que nunca: sacrificio, miedo, orgullo, salir adelante, solidaridad, relaciones humanas, cambiar para ser mejores, todos estos valores que los deportistas a veces queriéndose darse cuenta o muchas veces sin darse cuenta, los tiene como rectores en sus carreras. Todas las figuras que yo voy a tener en el programa representa un valor que yo quiero reflejar. Tienen algo que hacen que yo tenga ganas de entrevistarlos. No es una lista aleatoria dada por producción. Es una conjunción de querer hacerlo yo y de que la producción también lo proponga. Creo que cada uno de los que voy a entrevistar voy a encontrar algo de lo que quiero hablar. Cómo con una cabeza como la de (Hernán) Crespo termina siendo titular cuando hasta los 16 años fue suplente, cómo un chico como (David) Trezeguet, con un desarraigo doble, termina siendo ídolo y amigo del príncipe de Mónaco, ídolo en Francia, máximo goleador de la Juventus, como encuentra la gloria (David) Nalbandian perdiendo los dos primeros set en el Máster, en la final contra (Roger) Federer…todo ese lo que quiero encontrar.
—¿Crees que va a surgir una manera de distinta de llevar adelante un programa a partir del coronavirus? ¿Se abre otra puerta?
—Creo que el entrevistar por la pantalla es un desafío para todos. Encontrarle emotividad a la pantalla ya no es un desafío para nosotros, los que hacemos periodismo, sino para cualquier habitante de esta tierra porque nos hemos encontrado todos festejando un cumpleaños a través de una aplicación. Buscas emocionalidad saludando a tu papá a través de una pantalla porque no podés verlo, con un amigo, con tu pareja…Bueno, la pantalla pasa a ser el nuevo tótem en la sociedad que viene. Ya lo era, porque era una pantalla que mostraba, pero ahora es una pantalla que conecta. Me parece que el periodista que pueda observar eso, aprender dónde mirar en la pantalla, cómo interrumpir para una repregunta, manejar el delay, etc, va a sacar una pequeña ventaja porque llegó una nueva manera, no creo que se vaya así el mundo vuelva a normalidad.
—Siempre decís que no haces entrevistas, que charlas con el que tenés enfrente ¿Siempre es esa tu premisa?
—Es muy interesante la pregunta. No hay un método, simplemente tenés que partir, yo por lo menos, parto de la premisa de no saber nada, pero nada, de lo que la persona que entrevisto ha hecho. Y esto es medio un autoengaño a mí mismo, porque yo sé, pero tengo que hacer de cuenta que no sé, porque si doy por sentado que Maravilla Martínez boxeo de tal manera contra Julio César Chávez Jr. se torna aburrida la entrevista. Si yo me permito asombrarme con una respuesta de algo de lo que yo ya sé, la entrevista se vuelve más rica. Tampoco hay que actuar el asombro, es dejarte asombrar. Es como entrar a Disney con 50 años, como tengo yo, y disfrutar de un juego como si tuviera 8. Y también, lo más importante es la repregunta. Para muchos es incómodo porque hay que interrumpir para repreguntar, pero para mí la entrevista es un encadenamiento de repreguntas. La repregunta es lo que la hace rica, lo que me das. El piano lo tocan todos, el tema es como lo toca cada uno. En mi caso trato de desestructurar con la repregunta. Para mí la entrevista perfecta es la que arranca con una pregunta de apertura y con todas repreguntas partidas de la respuesta a esa primera pregunta.
—¿Quiénes son tus referentes o quiénes marcaron tu estilo?
—Mis referentes en el formato de entrevistas, tengo varios; hay un ciclo de entrevistas que hizo (Joaquín Soler) Serrano, un entrevistador español que entrevistó a (Julio) Cortázar, a (Jorge Luís) Borges, bueno a muchos. Pero para mí el entrevistador perfecto, pero perfecto, perfecto, fue Antonio Carrizo. Él no entrevistaba a cualquiera, logró con Borges una entrevista que no paro de escuchara, que fue una entrevista de varios días en La vida y el canto, el programa que tenía en Rivadavia donde él, con una primera pregunta, terminó charlando 9 horas con Borges. Un idea y vuelta de altísimo vuelo dónde ninguno de los dos intentaba vencer al otro. Carrizo es mi referente, mi modelo. Otro que entrevista muy bien es (Fernando)Niembro, es muy bueno, Gustavo López entrevista bien en radio, copio muchas cosas de él. Oriana Fallaci también, pero ella entrevistaba en escrito, y no en televisivo. Hay un libro de ella que se llama Entrevistas con la historia, que es para tener en cuenta.
—¿Extrañabas volver al mundo del deporte, lugar en el que comenzó tu carrera?
—Me motivo volver al ámbito del periodismo deportivo mi carrera, ir navegando todo el tiempo por nuevas aguas. Estaba necesitando volver a navegar la tranquilidad y a su vez la profundidad del periodismo deportivo…el periodismo deportivo tiene muchas menos presiones que el periodismo político o de actualidad en el que transito en este tiempo, pero tiene una profundidad muy grande.
—Fue más una motivación personal entonces
—Claro, te diría que tengo muchas horas de vuelo entrevistando. Me ha pasado de entrevista a gente que no tenía ganas de charlar conmigo, gente que me mentía, me ha pasado de entrevistar a gente que venían solamente a decir algo y yo era simplemente una herramienta para lo que los tipos venían a decir, eso no pasó mucho en el mundo del deporte, aunque pasa, pero más en el último tiempo cuando transité la actualidad o la política. Mar de Fondo me dio una herramienta que es muy linda, que es preguntar sobre los orígenes de la familia. Venía el 8 de Huracán, me terminaba contando que el padre era chapista y salía una charla linda sobre eso. ESPN Estudio fue mucho más profundo, fue la perfección de los programas de entrevistas, la producción fue brillante. Te diría que esos dos programas me dieron mucho vuelo y crecimiento. Pero no, extrañar no extraño, porque cada nota es un desafío. Las preguntas son las mismas, lo lindo y saber reformularlas.
—¿Estás mirando programas deportivos ahora que justamente no hay deporte?
—Los programas deportivos durante la pandemia son muy importantes porque movilizan al recuerdo. Y desde el recuerdo deportivo se conecta con el emotivo. Hemos vuelto a ver a la Selección del 86 y para los de mi generación al menos, recordar con quién viste el gol de Diego, con quién te abrazaste, te conecta con el gol, pero también con lo que pasaba alrededor. Creo que después que pase esto vamos a volver a la cancha de una manera distinta. Creo que va a parecer anacrónico y obsoleto levantar un canto contra un rival deportivo, el que lo haga va a quedar como un idiota después de lo que estamos pasando, todos haciéndonos el aguante, luchándola codo a codo.
—¿Qué recaudos sanitarios tomás cuándo llegas a tu casa después de trabajar?
—Voy de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. No hago otra cosa. En casa me saco la ropa al entrar, me lavo bien las manos, tomo los recaudos que me enseñaron, pero tampoco puedo vivir en una locura. Hago todo, repito, pero no me quiero paralizar del miedo, porque sino no podría salir a cumplir mi tarea esencial; el periodismo. La gente me dio mucho y hacer televisión, acompañarlos en este momento, es un pequeño gesto que quería tener, por eso me arriesgo y salgo a hacer el programa.
—¿Todo esto, el estar todo el día juntos, cambió en algo en la relación con tu mujer?
—Con Coni (Mosqueira) estamos pasando juntos esta cuarentena, pero ya antes de esto pasaba mucho tiempo acá en mi casa…pero esto no confirmó nada, ya veníamos así, conviviendo bastante. Lo que veo es que esto mostró, no solo a nosotros, sino a toda la sociedad, si podías convivir o no podías, y en nuestro caso nos acercó mucho.
—¿Tu hijo sigue en Brasil?
—No, mi hijo ya hace mucho que volvió de Brasil. Vive en Córdoba, tiene una empresa de diseño gráfico, así que esto lo agarró allá, viviendo en su casa y con su vida normal y feliz. Nahuelito es parte de mi familia porque es mi hijo, yo soy parte de la suya porque soy su padre. Tiene una hermosa conexión con mi papá, con mi mamá. Yo también tengo la misma relación con Sandra, con la mamá de él.
—¿Tenés una buena relación con ella?
—Nos encontramos y tomamos unos mates antes que todo esto pase, allá por enero, en Cosquín, fue hermoso. La mamá de Nahuel es un 10, un ejemplo de vida por como lo crió y todo lo que superó en la crianza. Estoy feliz por eso, pero feliz con todo; tengo a mi papá acá, mi mamá en San Francisco, Córdoba, yo trabajando. Feliz por todo, repito, homenajeando la vida por todo lo que me da, a Dios o a quien sea, espero que sea Dios, que me lo está regalando.