Tras el acuerdo entre el Gobierno y los representantes patronales y sindicales para establecer el salario mínimo vital y móvil en $2.300, Ricardo Alfonsín señaló: “Lo que queda claro es que la inflación no es del 7%. Se aumentó en función de la inflación real, la que sienten y sufren los trabajadores».
En esa línea, el radical consideró: “Al mismo tiempo me preocupa también la situación de quienes se encuentran trabajando en negro, porque no se ven alcanzados por este tipo de aumentos. Son muchos los argentinos, más del 30 %, que todavía trabajan en negro. A pesar de tantos años de crecimiento no hemos logrado mejorar el nivel de los trabajadores en negro enla Argentina”.
“Me preocupa mucho que el gobierno no quiera controlar la inflación, y más aún el hecho de que si quisiera atacar este problema no saben cómo hacerlo”, indicó el actual diputado nacional en declaraciones radiales.
En el mismo sentido, el postulante presidencial dela Uniónpara el Desarrollo Social consideró: «Aún estamos a tiempo de detener la inflación, generar más confianza y defender el trabajo de todos los trabajadores. Para ello, primero hay que reconocer la inflación, luego, además de reconocerla hay que comprenderla como un problema, y después hay que fijar pautas graduales para terminar con la inflación”.
Para concluir, Alfonsín remarcó que “la inflación afecta de manera directa la calidad del poder adquisitivo, y también afecta de manera indirecta, al introducir un ingrediente de incertidumbre que conspira contra las inversiones y el trabajo».