Alfredo Toledo, ese changuito de Banfield que soñaba con ser Mansero

Alfredo «Alito» Toledo reunió a sus afectos para celebrar un año más de vida. De reconocida trayectoria el «Mansero» señaló sentirse feliz ya que transita por uno de sus mejores momentos y reconoció que se debe a estar rodeado por la familia y sus amigos de siempre.

Pasaron muchos años y miles de vivencias de Alfredo, ese niño que se crió en el barrio Bánfield, sector que todavía elije como su lugar en el mundo. Sus primeros pasos en la música; el desarraigo llevando consigo una valija llena de sueños; un accidente que casi le cuesta la vida; el adiós a sus padres; y una oportunidad que le cambiaría la vida para siempre.

Visiblemente emocionado, «Alito» agrasajó a sus invitados interpretando algunas canciones que fueron dedicadas en primer término a sus hermanos, a la memoria de sus padres, a sus amigos , a sus hijos y por supuesto a la «dueña de su corazón».

En ese contexto hizo referencia a los certámenes de canto en los que solía participar («apañado» por su hermano mayor Elvidio) «Ganaba todos y aunque algunos me decían que estaba acomodado con el jurado no era cierto, yo cantaba con el corazón», comentó.

Por supuesto, en el día de su cumpleaños no se privó de nada e invitó a Sabrina, su hija mayor, a cantar con él, siendo uno de los momentos más emotivos para el músico.

Luego le tocó el turno a su hermana a la que cariñosamente llama «Cuca» y de la que recibe ese calorcito de madre que tantas veces necesita. Juntos y como en los viejos tiempos cantaron un gato que fue aplaudido por ese grupo de privilegiados que disfrutó de un momento único, con Alfredo -ese changuito de Banfield- o Alito-el que arraza en los festivales vestido de Mansero Santiagueño.

«Soy una persona agradecida a la vida por todo lo que me ha brindado y espero tener la posibilidad de seguir disfrutando de lo que hago por muchos años más» señaló Alito mientras alzaba su copa en el brindis por un año más de vida.