Para Juan Grabois, titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), con acceso directo al Vaticano, el allanamiento a la villa 1-11-14 así como la liberación del piquete que impedía la normal circulación por la avenida 9 de Julio son «medidas propagandísticas, en el marco de la campaña electoral».
«Es más fácil hacer un allanamiento y militarizar una villa que meterse de verdad con quienes se benefician de la violencia en las villas, que en general viven en Nordelta y comen en Puerto Madero; no son gente humilde de un barrio», aseguró Grabois, uno de los dirigentes cercanos al papa Francisco.
En declaraciones a Radio Splendid, el dirigente social recordó que él mismo hizo denuncias que siempre terminaron en nada. «El Estado tiene claramente identificados sectores y a las personas que ejercen el narcotráfico y pareciera ser que no tienen demasiado interés en hacer absolutamente nada», señaló.
Grabois acusó a parte del Ejecutivo de favorecerse con esto así como también con la liberación del piquete que impedía la normal circulación por la avenida 9 de Julio. «Hay un ala del Gobierno que se está empoderando a medida que avanzan el cronograma electoral, que es un cierto populismo de derecha que hace política y proselitismo con la represión, con los discursos violentos; lo que pasó en la 9 de Julio fue el aprovechamiento electoral de una mala metodología de algunas organizaciones sociales», opinó.
«Fue una decisión que se tomó por parte del Gobierno para dar un mensaje, que muy a mi pesar, tiene un nivel de aceptación alto en la sociedad: que hay que reprimir ese tipo de manifestaciones, sobre todo exagerando el hecho de que algunos pibes de las barriadas tenían palos y capuchas», agregó Grabois.
Desde su óptica, el permiso de libre circulación, derecho que tienen todos los ciudadanos, y la lucha contra la narcocriminalidad que realiza el Gobierno tienen un objetivo proselitista. «Desde el punto de vista comunicacional, la imagen le sirve mucho al Gobierno para mostrar que van a mantener el orden ante esta gente violenta», consideró.
Grabois en una de las tantas visitas al Vaticano
Para el dirigente social, asesor del Vaticano en la Argentina, hay un sector de la sociedad que tiene una posición muy violenta, que está siendo alimentado por algunos gestos de la política oficial. «Hay un populismo de derecha que cree que la culpa de los problemas de tránsito, de seguridad, económicos la tienen los que son más pobres que vos, los paraguayos, los negros de mierda», señaló.
La situación socio-económica de los sectores populares, manifestó Grabois, está «claramente peor» que hace tres o cuatro años. «Hay un deterioro de la calidad de vida y del tejido social entre los más humildes que es muy evidente y no es únicamente una cuestión de plata».
A su entender, ese deterioro del tejido social está «vinculado a la reaparición del comedor comunitario como forma de abastecimiento alimentario de las familias, al recrudecimiento de discursos xenófobos que van permeando la sociedad, como la falta de respeto al cartonero, al feriante, al vendedor ambulante, al más humilde. La utilización de la palabra mafia para referirse a los movimientos sociales».
«Hay una situación general de deterioro, de desvalorización del segmento más excluido de la sociedad, que se profundizó en los últimos años», dijo aunque admitió que dentro de ese contexto, ha habido con el Gobierno avances y retrocesos. «Una cosa destacable en el gabinete social es la existencia de cierta predisposición al diálogo como la de Carolina Stanley, que no quiere abordar el conflicto social a través de la represión», concluyó.
