«Ámense los unos a los otros, como yo los he amado»

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POR FACUNDO GALLEGO, ESPECIAL PARA LA BANDA DIARIO

Viernes V de Pascua

  1. Oración inicial

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Bendito seas, Señor, por tu amor y tu gracia, que  se derraman abundantemente sobre mi corazón y sobre toda tu Iglesia Santa. Concédeme que, en este momento de oración, pueda escuchar tu Palabra amistosa y llena de paz, para que pueda vivir como Vos quieres que viva. Amén.

  1. Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan (15,12-17)

“Jesús dijo a sus discípulos: “Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

”Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.

” No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.

”Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.”

Palabra del Señor 

  1. Meditación

Los cristianos hemos sido llamados a vivir la vida de gracia, la vida de santidad, una vida donde Dios, que es Amor, sea el motor principal de nuestras acciones, pensamientos, deseos y palabras.

De hecho, conocemos muchas personas muy inteligentes, virtuosas, llenas de entusiasmo. Otras son muy creativas, de mucha iniciativa, responsables. También hay personas que desbordan simpatía, honestidad, amabilidad, bondad, mansedumbre. Conocemos muchas historias de vida llenas de dolor, pero vividas con un espíritu de abnegación, resignación, esperanza, alegría…

Todas estas virtudes que hemos enumerado brotan del amor de Dios “que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5,5). Lo que hace meritorias todas las buenas obras que llevamos adelante es el amor que las impulsa.

San Gregorio nos explica: “así como de un solo tronco nacen muchas ramas, así también muchas virtudes se derivan de la caridad. Y no tiene lozanía la rama de las buenas obras, si no está en el tronco de la caridad. Los preceptos del Señor son muchos, en cuanto a la diversidad de las obras, pero se unifican todos en su tronco, que es la caridad.” 

  1. Comunión Espiritual

Señor Jesús, presente en la Eucaristía, fuente y cumbre del amor eterno, norte y compañero de nuestra esperanza, alimento y fortaleza de nuestra fe: deseo poder recibirte sacramentalmente en mi corazón. Pero como no puedo hacerlo, te pido que vengas espiritualmente a mí. Abraza mi alma con tu amor, consérvame con tu gracia y ayúdame a ser santo hoy en la tierra, y mañana en el Cielo. Amén.

  1. Oración final

Señor Jesús, fiel amigo, te doy gracias por este momento de oración en tu presencia amorosa. Derrama tu gracia y tu bendición sobre la Iglesia y el mundo entero, ilumina la mente y las manos de los profesionales de la salud, de los científicos, de los gobernantes y de todos los que trabajan para que podamos guardar la cuarentena. Que pronto podamos retornar a nuestros templos para alabarte y bendecirte, y poderte recibir en los sacramentos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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