Los aciertos de Andrés «Chapu» Nocioni en el triunfo del básquet y la emotiva clasificación de Juan Martín Del Potro a la final del tenis en los Juegos de Río se festejaron mucho en la casa de Armando Pérez. No está entusiasmado con el espíritu olímpico ni es fanático de esos deportes, pero necesita que la atención continúe puesta en Brasil y no en los escándalos que se suceden minuto a minuto en el fútbol argentino. Quieren que pasen inadvertidos, pero en esta nota hay malas noticias para él.
La Asamblea de la AFA, que representa a todas las divisionales del fútbol argentino, se reunirá el miércoles para elaborar un duro documento sobre el rol que ha cumplido hasta ahora el comité de transición. Los clubes buscan plasmar en una carta firmada por sus presidentes los desaguisados que se cometieron en apenas 40 días de gestión y presentar el escrito ante el presidente de la FIFA, a quien le pedirán una reunión.
Este encuentro, que se realizaría en la sede de la AFA de Viamonte, surge en medio de un clima de incertidumbre sobre el inicio del campeonato, que aún está en riesgo por un reclamo del ascenso. Sin embargo, la pelota hoy no es la principal preocupación de los dirigentes.
Infobae reveló el viernes las diez anomalías que ya pusieron en alerta a la oficina de Gianni Infantino. La lista incluye proyectos inquietantes como la mudanza de la AFA, la delicada situación financiera de varias instituciones que están al borde de la quiebra y hasta ejemplos de malos tratos, violencia y discriminación. A esto hay que sumarle algunas situaciones que se produjeron en las últimas semanas y movilizaron a los clubes a unirse en busca de una respuesta de la FIFA.
Una de ellas tiene ribetes llamativos. Pérez y su mano derecha, Víctor Taboada, están trabajando en un proyecto para construir un hotel cinco estrellas y un museo temático en el predio que tiene la AFA en Ezeiza. La maniobra contempla una licitación internacional, cifras millonarias y un proceso de al menos dos años que encubre la intención de la Comisión de pedir una prórroga de mandato.
Si bien los presidentes de los clubes tienen muchos reproches hacia la gestión de Julio Grondona, el desarrollo del complejo de Ezeiza fue siempre destacado por las comodidades que ofrece para el trabajo de las selecciones nacionales y de los clubes, con prestaciones similares a las de cualquier centro de alto rendimiento europeo. La intervención impulsada por el gobierno nacional pareciera que tiene otras intenciones para el lugar.
Otro antecedente que atizó la rabia de los dirigentes está vinculado con el avance de la empresa Torneos. No es sólo una cuestión de televisación y derechos; va mucho más allá. Así quedó de manifiesto en el documento que elevó la empresa notificando la imposición de una multa de $50.000 a Villa Mitre por los incidentes en el partido ante Rosario Central por la Copa Argentina.
«¿Desde cuándo estos tipos son los dueños del fútbol?», preguntaban indignados la semana pasada los dirigentes del club bahiense. Al parecer, la empresa que hizo famoso a Alejandro Burzaco, el ejecutivo detenido en Nueva York por el FIFA-Gate, le compró a Santa Mónica la transmisión de los encuentros de la Copa Argentina y de la Selección Nacional. Lo que es toda una novedad es que esos derechos le den facultades para sancionar y multar a las instituciones que participan en el torneo; un modelo único en el mundo.
A la par, la Comisión Regularizadora insiste con su idea de diseñar un fútbol argentino «a la Española», donde los clubes Real Madrid y Barcelona tienen todo el poder y el resto de las instituciones sobreviven como pueden. Los que conocen los cimientos de los campeonatos locales saben que la idea es inviable. Sin fondos, los clubes del interior desaparecen en seis meses y sin equipos chicos tampoco hay grandes: ¿a quiénes le van a ganar Boca y River si se quedan solos?
Estos y otros puntos formarán parte del documento que se empezará a discutir el martes en una reunión privada y se votará el miércoles en un plenario de la Asamblea, donde también quedará conformada la comisión de dirigentes que viajará para reunirse con Infantino.
En el cara a cara con el presidente de la FIFA, los enviados pondrán de manifiesto además las incompatibilidades de Carolina Cristinziano, la rosarina que llegó a la Comisión pese a sus vínculos con una empresa que representa jugadores y su pasado ligado a la barra de Rosario Central. También recordarán los antecedentes de Javier Medin, el vice de Pérez, como abogado de Guillermo Tofoni, otro empresario con intereses vinculados a los partidos de la Selección.
Hace dos semanas, cuando la FIFA le mandó a la Comisión Regularizadora una carta en la que precisaba los alcances de sus funciones, en la oficina de Pérez hicieron un bollito con el papel oficial y la tiraron al tacho de basura. Remataron la escena con una grosería al aire. «Acá mandamos nosotros», dijeron. Esos arrebatos de soberbia podrían estar cerca de su fin.