El conmovedor e irrespetuoso recibimiento que tuvieron los protagonistas fue sinónimo de clásico. El color del público local y la silbatina generalizada en el himno argentino reflejaron la importancia del encuentro que disputaron Chile y el equipo de Gerardo Martino en el estadioNacional de Santiago.
El aroma a revancha de la final de la Copa América, el reconocimiento a Claudio Bravo por los100 partidos con La Roja y el minuto de silencio en honor a Johan Cruyff fueron los condimentos que decoraron el áspero duelo transandino.
La lesión muscular de Matías Fernández en el inicio del choque representó un problema paraJuan Antonio Pizzi, quien agotó un cambio al reemplazar al volante de la Fiorentina porFrancisco Silva. A pesar de la variante, la agresividad local arrinconaba a la Argentina contra el arco de Sergio Romero, mientras que los del Tata apostaban por la individualidad de LionelMessi.
Una ocasión desperdiciada por Ángel Di María fue la chance que tuvo la Albiceleste antes de ser sorprendida con una pelota parada. Un tiro de esquina ejecutado por Fabián Orellana le dio la posibilidad a Felipe Gutiérrez de festejar el 1 a 0. Con su metro setenta, el volante del Twente deHolanda capitalizó la desconcentración defensiva y abrió el marcador.
Por un anticipo de Ramiro Funes Mori empezó la reacción visitante. El ex River cortó un avance chileno y habilitó a Éver Banega para que triangule con Sergio Agüero y el Fideo. Justamente, el atacante del PSG fue el que silenció a la hinchada local.
El envión anímico que significó el tanto volvió a darle aire a la Argentina. A través de una pelota parada mal interpretada por Banega, obligó a Di María a enviar un centro frontal capitalizado porNicolás Otamendi. Como el ex Vélez volvió poner peligro en el área, Messi soportó la marca y habilitó a Gabriel Mercado para que improvise una tijera sumamente efectiva. A pesara del 2 a 1la preocupación continuó invadiendo a Martino.
En el complemento Argentina apostó por el contragolpe y le regaló el dominio a Chile. Así, mientras Alexis Sánchez exigía a Chiquito Romero, las solitarias combinaciones entre Messi y el Kun amenazaban con liquidar el pleito.
Con el ingreso de Augusto Fernández la Albiceleste intentó equilibrar el mediocampo, pero la perseverancia del combinado de Pizzi mantuvo en jaque a Romero. Además, con Higuaín yLavezzi en cancha, la fórmula ofensiva no se modificó. A pesar del sufrimiento, la Argentinaconsiguió tres puntos importantes y alcanzó la línea de Paraguay en la zona de los que viajarán a Rusia. En cambio, La Roja deberá reponerse del golpe cuando visite a Venezuela. De a poco,Martino empezó a enderezar el rumbo.
Fernando Taveira/Infobae
