El cuerpo de Roque Álvaro Terreu estaba tirado en el piso de la cocina de su departamento de Villa Santa Rita. Tenía 84 años y lo habían asesinado a puñaladas. Su esposa, cuatro años mayor, también estaba herida y agonizaba muy cerca, en medio de un charco de su propia sangre. Los encontró su hijo el sábado pasado, después de que un vecino lo llamara para advertirle que la empleada que cuidaba al matrimonio se había retirado porque nadie le abría la puerta. Investigan si fueron víctimas de una entradera.
Terreu se había recibido de ingeniero en 1968. Dos años después empezó a trabajar en la Universidad de Morón, donde seguía dando clases a pesar de su edad. Un día antes de que lo encontraran muerto, su ausencia al frente de la cátedra de Geometría Analítica fue el primer síntoma de alarma. El segundo signo que anticipó la tragedia vino después: la empleada que trabaja en su casa esperó en vano en la puerta del edificio de Calfucurá al 2800 sin que nadie le respondiera.
El hijo del matrimonio vive a 10 minutos de distancia. Apenas recibió la llamada del vecino de sus padres salió hacia su casa para ver qué pasaba. Un fuerte olor a gas lo recibió en el lugar en cuanto abrió la puerta del departamento del quinto piso donde vivían. La imagen de sus padres apuñalados lo golpearía unos segundos después.
La mujer, de 88 años, fue trasladada de urgencia al hospital Vélez Sarsfield, donde la operaron y sigue internada en estado crítico. Esta noche, indicó Télam, se encontraba sedada y con asistencia mecánica. Mientras tanto, los forenses empezaron con su informe para determinar cómo murió el hombre, que en principio tenía varias lesiones de arma blanca.
“Los investigadores no descartan ninguna hipótesis sobre lo ocurrido. Una de las líneas investigativas apunta a un posible intento de robo bajo la modalidad entradera”, señalaron fuentes policiales. En ese sentido, buscaban establecer si se habían llevado dinero u objetos de valor de la casa de los jubilados. La única certeza es que fueron atacados con saña. Los investigadores buscan pistas de los asesinos en las cámaras de seguridad de la zona.