«Yo no puedo hablar a favor de Carlos. Y lo digo con todo el amor que le tengo… Para mí, él fue un gran amor. Quizás, el más fuerte e intenso que tuve. Pero acá murió una mujer», dice Celeste Cid en la piel de Susana Giménez, en el capitulo número siete de la serie de Monzón.
Corría el año 1988. Y, tal como se la puede ver en episodio que se estrenó en el día de hoy, la diva ya lucía su cabellera rubia y se había convertido una de las conductoras más exitosas de la televisión argentina con su programa de llamados telefónicos. Hacía ya una década que había terminado su relación con el ex campeón del mundo de boxeo, con el que había compartido cuatro turbulentos años de noviazgo. Sin embargo, tras la muerte de Alicia Muñiz en manos de su ex, todos los periodistas buscaban su testimonio.
Entonces, el abogado de Monzón, Roberto De Luca (Gustavo Garzón), consigue contactarse con Susana a través de El Flaco (Yayo Guridi), que vendría a representar a Alberto Olmedo.
Y le explica que «hay una gran presión mediática y todos están hablando en contra de Monzón». Pero la diva, que también había sufrido en carne propia la violencia del ex boxeador, se negó a colaborar con él.
Luego de un recorrido por la carrera pugilística de Monzón, la biopic regresa al año 1974, cuando después de vencer a Mantequilla Nápoles en París, el todavía campeón pierde su título al llenar de champagne un frasquito en el que debía poner su orina para el control antidoping. Y, tras este episodio, le dice a su promotor, Tito Lectoure (Mariano Chiesa), que no quiere boxear más.
Es entonces cuando Daniel Tinayre decide convocarlo para protagonizar la película La Mary junto a una joven y castaña Susana, que tras hacerse famosa con su Shock en la publicidad de jabones Cadum se destacaba como actriz y vedette en la calle Corrientes.
Al principio, Monzón ni se fijaba en Susana, que le parecía demasiado «flaca», ni ella imaginaba que terminaría en pareja con este rústico boxeador que al primer día de conocerla ya le había dado un beso en la boca. Pero, entre escena y escena, se fueron enamorando.
«¿Estás nervioso, Negrito?», le dice ella en la serie y trata de tranquilizarlo antes de que ambos se sentaran a almorzar en la mesa de Mirtha Legrand. Y Monzón, confiado, le asegura: «Vas a terminar en mi cama hoy, ¿sabés?». Así comenzó una relación que llenó varias páginas de revistas del corazón. Y que hoy sigue siendo noticia cada vez que Susana vuelve a hacer referencia a ella.
Luego de que la diva se molestara con la interpretación que hizo de ella Eugenia La China Suárez para la biopic sobre Roberto Sánchez, Sandro de América, en Telefe, llegó la convocatoria de Cid. Y la actriz se comunicó directamente con Susana para pedirle permiso para encarnarla por unas horas.
«Un día suena el teléfono y era Celeste Cid. Ella me dijo que la habían llamado para hacer La Mary en la serie de Carlos. Yo no lo podía creer. Me dijo que no lo quería hacer sin consultarme. A mí me parecía perfecto», contó Susana en su programa del domingo.
«Yo soy muy fan de La Mary, para mí era una responsabilidad muy grande. Es una película que vi muchas veces. La Mary y El dependiente son mis dos películas argentinas favoritas. Me sabía todos los textos, para mí fue un halago enorme», contó por su parte Cid, quien reconoció haber visto la película de Susana y Monzón cuando era chica, a pesar de que no era apta para menores de edad.
Fuente: infobae
