Ahora, el nombre de Augusto Daniel Jesús figura junto al de su madre, María Lourdes Jesús y del resto de la víctimas del atentado a la AMIA, en letras blancas sobre el fondo negro del mural ubicado en la fachada del edificio de Pasteur 633.
Según pudo reconstruir, esa fría mañana de julio, Augusto y su madre concurrieron a la sede de la mutual judía, para asistir a un curso de enfermería.
Solos y sin familiares cercanos vivían en forma muy precaria en una iglesia del barrio de La Recoleta.
El nombre de la victima 85 fue pintado sobre el mural por el arquitecto Isaac «Coco» Rasdolsky, durante un emotivo acto que reunió a familiares de los fallecidos en el atentado y que tuvo como únicos oradores a Rasdolsky, al vicepresidente de la AMIA, Ralph Thomas Saiej y a la titular de la Asociación 18J, Olga Degtiar. El cuerpo de Augusto Daniel Jesús ,que al momento del atentado contaba con 20 años, fue identificado luego de un largo recorrido de más de dos décadas que los hizo terminar en un osario común en el cementerio de La Chacarita, tras haber sido enterrado como NN y permanecer otro tanto en la morgue judicial.
Según relató a Télam, Olga Degtiar, el camino a la identificación de Augusto se remonta casi un año atrás cuando a partir de un pedido de las distintas querellas de familiares de víctimas y por orden de los fiscales que quedaron a cargo de la UFI-AMIA, en reemplazo del fallecido de Alberto Nisman, integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizan estudios de ADN a restos de fallecidos en el ataque que permanecían en el cementerio judío de La Tablada.
Pero, Augusto pudo ser identificado por parte de sus viseras que permanecía en la morgue judicial, aunque su documento de identidad apareció como uno de los efectos personales de víctimas del atentado en el primer juicio oral que se realizó en 2002.
«Este es un día muy importante, podemos decir el nombre de la víctima 85 que durante 22 años la justicia no se encargo de investigar», lanzó Degtiar frente a los familiares, desde la pequeña tarima ubicada bajo el mural que reza: «Memoria y justicia.Recordar el dolor que no cesa».
La titular de 18J, quien cerró el acto, no dejó de marcar las «diferencias» que esa y otras agrupaciones de familiares de víctimas mantienen desde años con la cúpula de la AMIA, en relación a la investigación del atentado, y pidió «construir puentes para la memoria a pesar del muro que nos separa respecto al accionar de la justicia».
«Yo como madre de un víctima me imagino el dolor que hubiera sentido María si supiera que su hijo fue enterrado en un osario común», agregó la titular de 18J, quien en diálogo con Télam, apuntó directamente a Nisman (quien fue designado al frente de la causa AMIA por el presidente Néstor Kirchner) y al ex juez Juan José Galeano.
«Durante años le reclamamos a Nisman que se realizarán los estudios de ADN y él no accedió, nos decía que ya se había hecho todo y que no había nada que hacer. Después nos enteramos que el juez Galeano había ordenado que se lo entierre en una fosa común», detalló.
Antes Saiej remarcó la necesidad del acto que permitió «corregir los errores que se pueden corregir» y evaluó que para «honrar una memoria, hay que honrarla con nombre y apellido, por eso la importancia de poner el nombre de Augusto en la fachada del edificio de una institución que quisieron destruir».
El vicepresidente de la AMIA afirmó además que desde esa institución «no se resignarán» al pedido de justicia, pero «por lo menos hoy pudimos tener el nombre de Augusto»
Fuente Telam
