La reciente oferta del gobierno nacional a los bonistas en litigio, que propone cancelar la deuda con una quita del 25%, generó la reacción del kirchnerismo. Y el encargado de fundamentar ese rechazo fue Axel Kicillof, el hombre que durante años manejó la Economía del país y negoció con los holdouts.
En un artículo titulado «Algunos números sencillos para evaluar la oferta de Macri a los fondos buitre» -publicado en el diario Página/12-, el ex ministro de Hacienda criticó a los medios y analistas que no se animaron a llamar a la propuesta «por su nombre: vergonzosa».
Para justificar su lapidaria calificación, Kicillof aseguró que hace unos años los bonistas se mostraron dispuestos «a través de terceros» a aceptar «un descuento todavía mayor: 30 por ciento», que además se iba a pagar «en bonos, no en dólares contantes y sonantes». Esto demostraría -según el ex funcionario kirchnerista- que el macrismo podría pagar más de lo que los buitres incluso esperaban obtener.
«Probablemente el resultado de la negociación sea hasta el momento tan desfavorable para Argentina porque el gobierno de Macri muestra un indisimulable apuro por llegar a un acuerdo, lo cual no es precisamente una buena estrategia de negociación. Como lo ven casi desesperado, le piden más», apuntó el dirigente que forma parte de La Cámpora.
Para marcar las diferencias, el diputado nacional rememoró que «cuando Néstor Kirchnernegoció con los acreedores la salida del default, ofreció 35 centavos por cada dólar», pero el juez Thomas Griesa pretende que la Argentina «pague 4 dólares por cada dólar».
Si se cumpliera la resolución del magistrado, explicó Kicillof, los holdouts «obtendrían unaganancia del 1600%» sobre el dinero que pusieron. En tanto que «con el descuento que ofrece el gobierno de Macri se reduciría a … ¡1200 por ciento! Un disparate», sentenció el ex ministro.
«En síntesis -continuó el legislador- con la propuesta de Macri, los buitres cobrarían 6500 millones cuando apostaron cerca de 500 millones, es decir, 3 dólares por cada dólar. Como se ve, no se está pagando por el juicio del siglo sino que el gobierno de Macri estaría convalidando la estafa del siglo».
En ese sentido, Kicillof remarcó que «si ahora Argentina levanta la ley cerrojo y le paga a los buitres lo que piden con un módico descuento, no sería para nada extraño que en breve aparezcan bonistas (del 93% que aceptó una quita del 65%) que reclamen el mismo tratamiento que recibieron los buitres», con el amparo legal de «un juez con mejor criterio que Griesa».
El ex ministro de Economía consideró oportuno «citar la opinión de un ‘experto’ que en 2013 presentó un escrito como amicus curiae» apoyando a Argentina ante la Justicia norteamericana y «contra el fallo de Griesa».
«El autor del facsímil no es otro que el actual ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, quecriticaba cualquier arreglo que reconozca para los buitres más que lo que recibieron los acreedores reestructurados. Aunque hoy sostenga lo contrario, tenía razón: pagar de más no es justo, pero tampoco es conveniente y además es extremadamente riesgoso», remató.
Finalmente Kicillof cerró su escrito con una filosa ironía, que fue como contragolpe a la permanente alusión que el macrismo hace del legado kirchnerista para justificar algunos males de la actualidad.
Para el diputado nacional, el apuro del gobierno nacional para negociar con los bonistas «proviene de un motivo mucho más profundo y también mucho más peligroso: el plan de Macri parece ser endeudar nuevamente al país».
«Tomar deuda es hoy posible, precisamente, porque después de 12 años de esfuerzo Argentina está desendeudada. Con trabajo, con industria, con crecimiento, con inclusión y sin deuda. Mantener esos derechos parece ser para algunos una pesada herencia», concluyó.