Alemania, por su parte, afirmó estar preparada para cualquier decisión que tome Moscú.
También, ratificó que seguirá respetando los contratos sobre la provisión de gas ruso y, por lo tanto, el pago en euros.
Sobre el ultimátum del Kremlin, el canciller alemán, Olaf Scholz, reaccionó con claridad al afirmar que su país se ajustará a los contratos.
«Leímos los contratos, el gas se paga en euros. Y le dejé claro a Putin por teléfono que así seguirá», sostuvo.
«Los pagos se le harán en euros al banco Gazprom, y será la institución rusa la que posteriormente los convierta en rublos», agregó.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, junto a su colega francés, Bruno La Maire, aseguró que ya se habían tomado medidas de precaución y que Berlín estaba preparada para cualquier eventualidad.
El monitoreo de gas ya se inició y se comprobó que «actualmente el suministro es estable», sostuvo Habeck.
«Protegeremos las empresas y los presupuestos privados», afirmó.
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