Brasil ya superó en julio los 208 millones de habitantes

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La población de Brasil llegó a 208.494.900 habitantes en julio de 2018, con un crecimiento del 0,82 proyección divulgada ayer por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE). 

Brasil tiene un total de 5.570 municipios y, de acuerdo con el estudio, en julio de 2018 el 57 % de la población brasileña se concentró en el 5,7 % de ellos, es decir, en las 317 ciudades que tienen más de 100.000 habitantes. 

El municipio de San Pablo sigue siendo el más poblado del país, con 12,2 millones de habitantes, seguido por Río de Janeiro con 6,7 millones de habitantes.

El tercer lugar lo ocupan Brasilia y Salvador, cada uno con unos 3,0 millones de habitantes, según los datos del IBGE. 

En la clasificación de los estados, los tres más poblados están en la región sureste, mientras que los cinco menos poblados están en la región norte.

El líder es el estado de San Pablo, que con 45,5 millones de habitantes concentra el 21,8 % de la población del país, seguido por Minas Gerais, con 21 millones, y Río de Janeiro, con 17 millones. 

Roraima, en la frontera con Venezuela, es el estado menos poblado de Brasil, con 576.600 habitantes (el 0,3 % de la población total), a pesar del alto número de inmigrantes venezolanos que se concentra allí.

En esta oportunidad, las estimaciones del Gobierno incorporaron a los inmigrantes venezolanos que han llegado a Roraima, de los cuales el 99 % se concentra en los municipios de Boa Vista y Pacaraima.  

Cifras oficiales señalan que 127.000 inmigrantes venezolanos han cruzado la frontera huyendo de la crisis económica y política de su país y un 60 % de ellos ya abandonaron Brasil en dirección a otros países de América Latina, principalmente Colombia y Argentina. 

Según el estudio, de los 5.570 municipios brasileños, 17 tienen más de un millón de habitantes, con una población sumada de 45,7 millones, el equivalente al 21,9 % de la población total del país. 

Por el contrario, el 68,4 % de los municipios de Brasil tiene menos de 20.000 habitantes y tan solo concentra el 15,4 % de la población nacional (32,1 millones).

Magro crecimiento

Por otra parte, la economía brasileña en el segundo trimestre se vio fuertemente ralentizada por una huelga de camioneros y por la incertidumbre electoral, que podría alimentar la desconfianza de los inversores al menos hasta las presidenciales de octubre.

Según la estimación promedio de 23 entidades financieras consultadas por el diario Valor, el Producto Bruto Interno (PBI) de la mayor economía latinoamericana creció 0,1% en el periodo abril-junio en comparación con el trimestre anterior. 

La actividad económica venía perdiendo impulso desde el primer trimestre, con un crecimiento de 0,4%, que marcó la dificultad de despegue de un país que en 2017 salió de una recesión histórica de dos años con una magra expansión de 1%.

Las proyecciones oficiales de crecimiento para 2018 cayeron de casi 3% en enero a 1,5%. El mercado prevé 1,47%, según la última encuesta Focus del Banco Central.

La escasa visibilidad política agita a los mercados y aceleró la depreciación del real, que desde enero ya perdió un 20% de su valor frente al dólar.

El ex ministro y ex alcalde de San Pablo Fernando Haddad, compañero de fórmula de Luiz Inácio Lula da Silva como candidato a vicepresidente de Brasil, afirmó ayer que el Partido de los Trabajadores (PT) no renunciará a la candidatura presidencial del ex mandatario para las elecciones de octubre.

“Si ni el pueblo brasileño prescinde de Lula, mucho menos el PT. Algunos decían que el PT estaba montando un teatro. Entonces llegó un pronunciamiento de laONU” que “determina que Lula debe ser candidato”, dijo Haddad, al llevar a cabo actividades de campaña en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais. 

La afirmación del candidato a vicepresidente alude a la decisión cautelar no vinculante del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que pidió que se tomen “todas las medidas necesarias” para que Lula “pueda ejercer sus derechos políticos” como candidato presidencial para las elecciones del 7 octubre. 

A pesar de su encarcelamiento y de estar virtualmente inhabilitado, la formación socialista insiste en la candidatura presidencial del expresidente en virtud de la fortaleza que viene demostrando en todos los sondeos.

No obstante, la candidatura de Lula será probablemente vetada ya que la legislación electoral brasileña prohíbe expresamente que condenados en segunda instancia, como es su caso, se presenten a cualquier cargo electivo.

Haddad no hizo declaraciones sobre la denuncia presentada por la Fiscalía brasileña, en la que se le acusa de enriquecimiento ilícito durante la campaña de 2012, en la que disputaba la Alcaldía de la ciudad más poblada de Brasil. 

Por su parte, Rousseff, postulante a un escaño en el Senado brasileño, volvió a declarar que su proceso de destitución se trató de un “golpe”, que “ahora muestra la cara más oscura de la excepción” al “ser capaz de arrestar” a Lula sin haber cometido “ningún delito”. 

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